Una nueva hipótesis, planteada por un equipo de investigadores de la Universidad de Barcelona y la Universidad de Virginia (EE UU) indica que crecer y morir en ciclos constantes y repetidos es una estrategia clave para el éxito de la planta Carpobrotus edulis, una especie exótica e invasiva en muchos países de todo el mundo cuya táctica le permite invadir espacios nuevos sin dejar ni rastro de otras especies vegetales.
Un equipo de científicos, coordinados por la Universidad de Oviedo, ha aplicado por primera vez una técnica de secuenciación masiva de ADN medioambiental para poder controlar las especies marinas invasoras que viajan en el agua de lastre de los grandes buques. Los resultados del análisis de los datos, recabados a bordo del Polarstern en una travesía desde el puerto de Bremen (Alemania) hasta Ciudad del Cabo (Sudáfrica), permite resolver ambigüedades a la hora de identificar a estos organismos.
Un equipo internacional, con participación española, ha desarrollado un método que permite predecir qué especies exóticas podrán desarrollar poblaciones invasoras en un territorio. El estudio indica que aquellas especies con características muy diferentes de las morfologías presentes en el hábitat receptor tendrán enormes oportunidades de expandirse.
Las especies exóticas marinas, entre ellas las macroalgas, se expanden rápido, provocan efectos nocivos en las especies autóctonas, y afectan cada vez más a la diversidad de los fondos del Mar Mediterráneo. Algunas especies nativas, como el erizo de mar (Paracentrotus lividus), podrían luchar contra la invasión, pero solo en una fase inicial o cuando las densidades de algas son muy bajas.
Investigadores gallegos han analizado la evolución de la introducción de especies foráneas de agua dulce en Galicia en el último siglo y la han comparado con la de la Península Ibérica. Los resultados demuestran que, en un siglo, 31 especies acuáticas exóticas se han naturalizado en la zona, de las 88 registradas en la toda la Península Ibérica.
Un equipo internacional de investigadores ha estudiado la distribución de las especies vegetales en ambientes montañosos. El trabajo confirma que las comunidades de plantas montañosas no son tan resistentes frente a las invasiones de plantas exóticas. Los científicos también alertan de que éstas pueden ser más agresivas en un escenario de calentamiento global.