Investigadores de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han desarrollado un nuevo método con el que detectan y cuantifican hasta nueve antibióticos presentes en la leche de oveja manchega. La herramienta, que ya puede ser utilizada por el sector industrial, permite controlar el nivel de estos residuos, perjudiciales para la salud humana en dosis elevadas.
Ovejas pastando en Albacete / Rubén Bodewig.
Investigadoras de la Universitat Politècnica de València han obtenido nuevos productos fermentados con bacterias probióticas a partir de licuados de cereales y frutos secos –lo que se conoce como leches vegetales–, que constituyen una alternativa a los yogures convencionales. Los productos están especialmente dirigidos a personas con problemas de alergia a la leche de vaca, intolerancia a la lactosa o al gluten, así como a niños y mujeres embarazadas.
Un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad de Córdoba ha desarrollado una nueva estrategia para obtener de forma natural leche rica en ácidos grasos omega-3, nutrientes asociados con la disminución del riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Un equipo internacional de científicos ha estudiado cómo la insulina provoca una alta susceptibilidad de la glándula mamaria durante el periodo de lactancia. El hallazgo, publicado en la revista Plos One, confirma que los problemas de regulación de esta hormona en mujeres lactantes pueden influir negativamente en su capacidad de amamantar.
La leche de granjas con producción ecológica tiene una menor concentración de elementos como el zinc, yodo o selenio que la recogida en ganaderías convencionales. Esta diferencia se debe a la ausencia de suplementos minerales en la dieta de las vacas. Según los investigadores, los animales de granjas orgánicas deberían complementar la dieta con fuentes naturales de yodo, como las algas, ya que es un elemento muy importante para niños y embarazadas.
Investigadores de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) han confirmado que la leche y el queso obtenidos durante la época de pastoreo de las ovejas presentan más cantidad de ciertos ácidos grasos buenos para el organismo. También han identificado algunos 'marcadores' que parecen indicar que el ganado ha comido hierba fresca.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Jaén han creado un sensor automático de bajo coste que detecta bisfenol A (BPA), un compuesto químico procedente del plástico, en muestras de leche. Diversos estudios han desmostrado que la exposición a esta sustancia produce alteraciones hormonales e influye en el sistema cardiovascular y reproductor.
Un nuevo método analiza de forma sencilla los elementos volátiles del queso de leche de oveja.
Todos los tipos de quesos están formados por unos elementos volátiles que, analizados, proporcionan información sobre su correcta o incorrecta composición. Sin embargo, su transformación espontánea en vapor dificulta la medición. Ahora, investigadores de la UNED han participado en el desarrollo de un nuevo método que analiza de forma rápida y sencilla estos elementos en el queso de leche de oveja.