Dos nuevos estudios evidencian la capacidad del zika para atravesar la placenta y provocar microcefalia. La investigación, publicada en la revista Cell, ha sido realizada en ratones hembra. Los resultados podrían ayudar al desarrollo de fármacos que reviertan esta anomalía, que consiste en un desarrollo insuficiente del cráneo, a menudo acompañado de atrofia cerebral.
Una investigación de pediatras de EE UU ha demostrado que el zika modifica la función de la molécula TLR3 y provoca un ‘suicidio’ celular en el cerebro. El experimento, realizado en cerebros de laboratorio, busca reducir la agresividad de la infección, que provoca microcefalias en fetos, utilizando un inhibidor. Los primeros resultados indican que las células contagiadas por el virus disminuyeron un 16% en cinco días.
Un nuevo estudio in vitro muestra que el virus del Zika afecta al desarrollo cerebral matando células precursoras de las neuronas. La investigación, publicada en Science, llega un día después de que se confirme el vínculo entre la infección con el virus durante el embarazo y los problemas cerebrales de los recién nacidos, como la microcefalia.
La Organización Mundial de la Salud ha declarado la actual epidemia por el virus del Zika como “emergencia de salud pública de importancia internacional” debido, fundamentalmente, al conglomerado de casos de microcefalia y otros trastornos neurológicos notificados, en gran medida, en Brasil. En el caso de las embarazadas infectadas, se requiere un control ginecológico y obstétrico adecuado para determinar la aparición de posibles malformaciones en el feto. En este contexto, la necesidad de inversión en investigación en agentes infecciosos emergentes es apremiante.
El zika, un virus transmitido por el mosquito del dengue, está generando el pánico entre las embarazadas en Brasil, ante el alarmante aumento del número de niños nacidos con un cerebro más pequeño de lo normal: 3.530 casos en los últimos meses. Cientos de investigadores trabajan contra el reloj para averiguar si este virus, hasta ahora considerado poco agresivo, es el origen del terrible brote.
Un grupo internacional de científicos ha estudiado en ratones CEP63, un gen mutado en el síndrome de Seckel, una enfermedad rara que causa microcefalia y problemas de crecimiento. Los científicos revirtieron la microcefalia durante el desarrollo embrionario de los ratones eliminando la proteína que causaba la pérdida de células madre. Además, los ratones macho sin CEP63 sufren infertilidad. La relación de esta proteína con la producción de esperma es totalmente nueva.
El Homo floresiensis no padecía microcefalia