La mortalidad relacionada con el calor habría sido un 80 % mayor en ausencia de la adaptación observada durante el presente siglo. España es el cuarto país europeo con mayor tasa de mortalidad atribuible al calor.
Esta son las estimaciones que la Sociedad Española de Oncología Médica y Redecan que pronostica que en España, al igual que en todo el mundo, los casos aumentarán progresivamente. Se espera, además, un incremento de la mortalidad, que pasará de las 113.000 defunciones en 2020 a más de 150.000 en 2040.
Un nuevo estudio matemático liderado por investigadores españoles confirma que la esperanza de vida ha aumentado en las últimas décadas en todo el mundo. Si bien cada vez hay menos diferencia entre ellas y ellos, los autores creen que esta discrepancia se mantendrá.
Sustituir petróleo, carbón y gas por energías limpias, como se acordó en la pasada cumbre del clima en Dubái, podría tener un impacto mayor del que se creía en la salud global, según un estudio liderado por el Instituto Max Planck alemán.
Un informe publicado en The Lancet revela que la inacción frente al cambio climático acarreará, cada vez más, la pérdida de vidas humanas. Sus autores denuncian la “negligencia” de los gobiernos, las empresas y los bancos que siguen invirtiendo en combustibles fósiles.
La tecnología utiliza los datos de muertes diarias de la población y la información de la Agencia Estatal de Meteorología para calcular los fallecimientos atribuibles a las altas temperaturas en los meses de verano. El equipo investigador trabaja para ampliar la recogida de datos entre mayo y octubre de 2024 e incorporar estimaciones a nivel provincial.
Una investigación internacional llevada a cabo en los parques eólicos de Cádiz advierte del grave impacto de los aerogeneradores en estos animales. Un tercio de las especies presentes en España están amenazadas.
Los picos de mortalidad durante las olas de calor son cada vez más frecuentes y acabarán siendo habituales en el futuro. Así lo revela un análisis probabilístico realizado por investigadores europeos, con datos de ciudades como París y Barcelona.
Han analizado datos de más de 500.000 personas con problemas de salud mental atendidos por el Servei Català de Salut, lo que permitirá ofrecer información valiosa para poner en marcha políticas públicas dirigidas a disminuir la incidencia.
Un estudio liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona señala que el transporte, las actividades domésticas y la agroganadería se encuentran entre las principales fuentes que más afectan a la toxicidad del aire en 857 ciudades europeas. Según los investigadores, urgen medidas drásticas para reducir la polución y las muertes asociadas al tráfico, principal fuente de gases nocivos.