Los peores pronósticos se han hecho realidad. Hoy Reino Unido ha despertado con la palabra que miles de científicos llevaban meses temiendo: brexit. ¿Qué consecuencias tendrá para la investigación europea y británica esta decisión? La ciencia no entiende de fronteras y los resultados del referéndum podrían haber empezado a trazarlas.
Nueve de cada diez investigadores británicos se oponen a la salida de su país de la UE. “Sería una puñalada para la ciencia”, dice Jo Johnson, ministro de Ciencia y Universidades, ya que casi un tercio del personal investigador de Reino Unido procede de países del entorno comunitario. Las autoridades científicas han pedido a sus políticos que digan no al brexit, ya que el retorno que recibe el país, tanto en financiación como en atracción de talento, se vería gravemente dañado.