El hallazgo de fósiles de ojos de mosca de 54 millones de años de antigüedad ha revelado que un pigmento, al que han denominado eumelanina, está implicado en la visión de los ojos compuestos típica de los artrópodos. Este hecho supone que se deberá reevaluar lo que se conocía hasta ahora sobre la visión de los extintos trilobites, lo primeros con esta estructura compuesta.