Reconstrucción de un ejemplar de Hadrocodium.
Un estudio internacional revela que los cerebros de los primeros mamíferos evolucionaron para tener unos sentidos del olfato y del tacto más sofisticados. Los investigadores analizaron los fósiles de dos especies con más de 190 millones de años y observaron que las áreas del cerebro que controlan estos sentidos experimentaron un crecimiento más avanzado que el resto de zonas.
Un equipo de científicos europeos ha establecido por primera vez un vínculo entre el sentido del olfato y el dolor.
La comunidad científica ya conocía la relación de la mutación en el gen SCN9A con la incapacidad humana para sentir dolor. Ahora, un equipo de científicos europeos ha establecido por primera vez un vínculo entre el sentido del olfato y el dolor: las personas con esa mutación tampoco pueden oler. Los resultados de esta investigación permitirán conocer mejor los factores genéticos asociados con la percepción olfativa.
Dos nuevos estudios revelan que los habituales repelentes de insectos con DEET (N-dietil-3-metilbenzamida) ,y citronela funcionan cada uno mediante una estimulación dual de los sistemas sensoriales de los insectos. Los hallazgos de la investigación, publicada por Cell Press el 26 de agosto en las revistas Neuron y Current Biology mejoran nuestra comprensión sobre el modo en que los insectos reaccionan ante los repelentes y pueden conducir al descubrimiento de compuestos mejorados para el control de enfermedades transmitidas por insectos.
Los investigadores Jonathan Cox y Jonathan White introducen el modelo de tiburón en un tanque de agua.
La revista Science publica esta semana el trabajo ganador del premio internacional de ciencia Eppendorf 2009 en Neurobiología. El estudio demuestra los mecanismos moleculares de la detección de olores por parte de los insectos, un hecho que podría tener aplicaciones en el control de enfermedades transmitidas por los insectos.
Mecanismos moleculares de detección de olores en mamíferos e insectos.