Los nitratos del aire producidos por el ser humano reducen la polinización nocturna de la polilla halcón, según un estudio que realizó experimentos de campo en el estado de Washington. Los resultados son extrapolables a otras especies.
Más del 75 % de las especies de estos insectos pueden estar amenazadas en los próximos 40 a 60 años, según las proyecciones de poblaciones llevadas a cabo por varias instituciones belgas. Entre las causas de su desaparición, están la degradación de hábitats, los fenómenos climáticos extremos y el uso de herbicidas.
Un equipo de la Estación Biológica de Doñana (CSIC) advierte que casi la mitad de los abejorros estudiados en el área del Cabo de Gata-Níjar, Almería, tienen parásitos con potencial de ser transmitidos a otras abejas y se alimentan de plantas muy similares al resto de polinizadores, lo que aumenta la competencia.
El bienestar de millones de personas depende de los servicios ecosistémicos de colibríes, abejas, mariposas, y otros animales. Pero la destrucción de hábitats y el uso de pesticidas están mermando drásticamente sus poblaciones, lo que supone un grave problema no solo a nivel ambiental, sino también económico y social. Ahora, un equipo internacional ha creado el primer índice de riesgo global relacionado con su declive.
Un equipo de biólogos argentinos detectó que el 25 % de las 20 mil especies de abejas conocidas no aparecen en los registros públicos desde la década de 1990. Este análisis respalda la hipótesis de que el declive global de estos polinizadores es un fenómeno de índole mundial.
España ocupa el puesto undécimo en riqueza de especies de abejas por países, según un estudio internacional que ha elaborado un mapa sobre la diversidad de estos insectos en todo el planeta. El trabajo destaca los endemismos de Sierra Nevada y de las islas Canarias.
¿Has notado más insectos volando a tu alrededor cuando sales de casa? Tiene una explicación. La primavera más lluviosa que estamos viviendo y el periodo de confinamiento, que ha interrumpido las actividades de gestión de zonas verdes urbanas, han dado como resultado una naturaleza exuberante en las ciudades con mayor presencia de insectos, sobre todo polinizadores.
Investigadores de la Estación Biológica de Doñana han determinado que los insectos comerciales se ven favorecidos respecto a los locales, ya que se desplazan a las zonas donde habitan los autóctonos. El uso de colonias promueve la dispersión de estas especies en espacios naturales, lo que podría provocar un desequilibrio en el ecosistema.
Hay que recuperar y aplicar las estrategias de diferentes comunidades locales y pueblos indígenas de todo el mundo para conservar y proteger los polinizadores, como abejas, mariposas, polillas, algunos pájaros y los murciélagos, según alerta un estudio que acaba de publicar la revista Nature Sustainability.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Madrid y el CSIC han desarrollado una teoría matemática que permite cuantificar las perturbaciones ambientales que un sistema puede sostener sin perder especies. Además de arrojar luz sobre las relaciones mutualistas entre angiospermas y polinizadores, esta teoría, publicada en Nature Communications, concilia dos enfoques clásicos que hasta ahora habían sido contradictorias en ecología teórica.