Además de ser un conocido producto de limpieza, el amoniaco es esencial en la fabricación de fertilizantes que, a su vez, son necesarios para producir alimentos para el ganado y para toda la humanidad. El proceso químico para generar este compuesto nitrogenado apenas ha cambiado en 100 años y sigue siendo imprescindible para nuestra sociedad, aunque los científicos no saben cómo evitar sus consecuencias negativas sobre el medio ambiente.