Investigadores chinos han desarrollado una nueva sonda para la formación de imágenes capaz de detectar con exactitud los tumores de mama, lo que permite extirparlos salvando al máximo el tejido mamario sano. El método, presentado en Science Traslational Medicine, se ha probado por ahora en ratones.
Un equipo del Centro Nacional de Microbiología ha conseguido localizar diferentes biomarcadores capaces de identificar qué pacientes con leucemia mieloide crónica –en los que se interrumpe el tratamiento tras lograr el control de la enfermedad– tienen más riesgo de sufrir una recaída.
Los niveles de la proteína SOD3 determinan la tasa de recaída y la supervivencia de pacientes con cáncer de colon en estadíos tempranos. Este factor, descrito por expertos del CNB-CSIC, podría utilizarse como marcador del pronóstico y evolución del tratamiento con inmunoterapia en otros tumores.
Dos nuevos estudios confirman que la detección de un grupo de proteínas orienta un tratamiento más personalizado en los pacientes con cáncer de pulmón, el tipo de tumor más frecuente en el mundo. El objetivo es evitar la recaída.
Un grupo internacional de investigadores, con participación española, ha desarrollado un modelo estadístico capaz de calcular la probabilidad de tener de nuevo cáncer de mama. La herramienta podría mejorar el seguimiento y plantear nuevos tratamientos para los casos con mayor riesgo.
Investigadores del CNIO han identificado seis proteínas quinasas cuyo estado funcional predice la evolución del cáncer de mama triple negativo. El trabajo muestra que las pacientes en que las seis quinasas están inactivas tienen una alta probabilidad de curarse. En cambio, si cualquiera de estas está activa, el riesgo de recaída se multiplica por diez. Contra algunas de estas quinasas ya hay fármacos en uso.
El 75% de los supervivientes de cáncer infantil experimenta alguna secuela tardía y el 25% de ellas son severas o potencialmente mortales. / Cinta Arribas
Cerca del 80% de los menores que sufre algún tipo de cáncer logra superarlo. Pero su lucha no termina cuando reciben el alta médica. Problemas cardíacos, endocrinos, de fertilidad o incluso la aparición de un nuevo tumor son algunos efectos secundarios que pueden manifestarse muchos años después. Para prevenir y afrontar estas secuelas, los supervivientes piden un protocolo de seguimiento a largo plazo.
Lo que ocurre en el cerebro de las personas adictas a las drogas que vuelven a consumir tras haberlo superado es un misterio. Científicos de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) han descubierto que, en el caso de las ratas, la recaída a la cocaína parece estar influida por factores biológicos. Así, las ratas que recaían tenían niveles más altos del neurotransmisor glutamato, mientras que los animales que no volvían a consumir registraban niveles más altos de otro neurotransmisor, el GABA.
Un equipo interdisciplinar de investigadores españoles ha analizado desde el año 2000 la alteración que el consumo de sustancias estupefacientes provoca en la manifestación de emociones. Su último trabajo, que se centra en la heroína, muestra que el consumo de esta sustancia induce un cambio en la respuesta afectiva de los usuarios.