El proyecto CLOCKS, iniciado el pasado 1 de junio, estudiará, por primera vez, el comportamiento circadiano a lo largo de la vida de los peces marinos, desde larvas hasta adultos, y su aplicación para las personas. La información pionera recogida en este trabajo permitirá entender sus ritmos biológicos y sus consecuencias a la hora de responder a presiones antrópicas como la pesca, el cambio climático o la contaminación.
Nuestro cuerpo quema hasta un 10% más de calorías al final de la tarde que a primera hora de la mañana cuando la tasa metabólica es menor. Esta es la principal conclusión de un estudio que analiza cómo afecta el ritmo circadiano al metabolismo humano.
Las personas que hacen la última comida del día antes de las 21:00 o esperan al menos dos horas para acostarse tienen menos riesgo de sufrir tumores de mama y próstata. Así concluye un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona que revela cómo seguir patrones diurnos de alimentación se asocia con menos cáncer.
Jeffrey C. Hall, Michael Rosbash y Michael W. Young han sido galardonados hoy con el Premio Nobel de Medicina por desentrañar los mecanismos moleculares que controlan el ritmo circadiano, es decir, las oscilaciones biológicas que regulan los niveles hormonales, el sueño, la temperatura corporal y el metabolismo. Su desajuste es responsable de trastornos como el jet lag.
Las funciones de las células madre siguen estando marcadas por el día y la noche durante el envejecimiento, pero están destinadas a reparar los tejidos y no a mantenerlos tonificados. Así lo revelan dos estudios que refutan un dogma científico que asociaba el envejecimiento con la pérdida del ciclo circadiano de las células madre. Según los científicos liderados por el IRB de Barcelona, una dieta baja en calorías retrasa el cambio de funciones rítmicas de las células madre y ralentiza el envejecimiento.
La menopausia está asociada a alteraciones del sueño y los ritmos circadianos. Así se desprende de los resultados alcanzados en un artículo publicado en la revista Menopause, en el que se demuestra que las mujeres menopáusicas presentan determinadas anomalías, principalmente respiratorias, asociadas con un sueño no reparador y de peor calidad.
Las personas que trabajan fuera del horario habitual de 9h a 17h o tienen jet lag con frecuencia presentan un riesgo más elevado de sufrir un aumento de peso o cáncer. Para explicarlo, investigadores holandeses han desarrollado un modelo experimental que demuestra cómo los cambios en los ciclos de luz y oscuridad en ratones con predisposición genética a sufrir cáncer de mama incrementan los riesgos en la salud.
En pacientes que están recibiendo tratamiento químico contra el cáncer, la alteración de sus relojes circadianos se asocia con síntomas de cansancio y pérdida de peso corporal, dos de las consecuencias más preocupantes de esta terapia.
Los cerebros de los animales no pueden controlar los ritmos biológicos si sus relojes internos están desfasados. Por suerte, una red muy estable de neuronas reloj garantiza su sincronía. Un nuevo estudio con moscas de la fruta muestra que este ritmo se rige por muchos cronómetros independientes y no uno solo, como se creía.
El uso de luz artificial retrasa la hora de dormir y hace que pasemos las primeras horas de la mañana adormilados. Son las conclusiones de una investigación tras comparar las fluctuaciones en la producción de melatonina de ocho sujetos que vivieron durante una semana con luz artificial y dos semanas en un camping expuestos solamente a la luz solar.