Investigadores de la Universidad Autónoma de Barcelona han identificado en laureles unas marcas hechas intencionadamente entre cinco y diez años antes del inicio de la construcción del poblado neolítico de Banyoles, hace 7 200 años. El hallazgo permite corroborar la presencia, en la zona, de grupos humanos que seleccionaban, marcaban y controlaban los bosques, años antes de establecerse.
Desde la época romana, los veranos europeos son cada vez más calurosos y secos, pero la tendencia desde hace seis años se ha intensificado, según la mayor y más detallada reconstrucción de las condiciones hidroclimáticas veraniegas en Europa central de los últimos dos milenios. La crisis climática y los cambios en las corrientes del chorro son las causas más probables de este fenómeno.
Las hayas suelen relegar a los robles a los márgenes y peores terrenos de los bosques donde conviven, pero los segundos toleran mejor el actual aumento de temperaturas, por lo que podrían mejorar su capacidad competitiva. Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid y otros centros nacionales lo han comprobado en bosques mixtos del Parque Nacional Picos de Europa.
Algunos de los árboles que pueblan hoy la Tierra son más antiguos que las pirámides egipcias y han sido testigos de los últimos 5.000 años de historia humana. Un equipo de científicos ha secuenciado el genoma del roble, que se expande por tres continentes, para comprender qué se esconde detrás de su larga vida. El estudio demuestra que el sistema inmunitario desempeña un papel clave para asegurar su supervivencia centenaria.
Científicos del Instituto de Investigaciones Agrobiológicas de Galicia han conseguido, a través de ensayos en laboratorio durante los últimos cuatro años, el desarrollo de la metodología de embriogénesis somática para la regeneración y propagación de plantas en cuatro especies de roble de interés económico y ecológico: carballo, blanco americano, rojo americano y roble bicolor.
Ingenieros de Montes de la Escuela Politécnica de Mieres (Asturias) han estudiado la influencia de las diez especies más comunes de los montes de Asturias y Galicia a la hora de mitigar el cambio climático, con modelos matemáticos para cuantificar cuánto dióxido de carbono absorbe una masa forestal.
Un equipo de investigadores ha estudiado la evolución de la futura distribución de los hábitats de los bosques vascos y determina que el cambio climático podría alterar las condiciones necesarias para el crecimiento de un árbol tan representativo de la tierra vasca como el roble (Quercus robur). Según los resultados obtenidos por Neiker-Tecnalia, en la región no se darían las condiciones de humedad y temperatura necesarias para su desarrollo a finales de siglo.
Las investigaciones realizadas en el Hayedo de Montejo por científicos de la ETSI de Montes de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) demuestran que los ratones de campo transportan bellotas a distancias lejanas, hasta los 130 metros, y las ocultan bajo el suelo o entre la hojarasca. Muchas de ellas quedan olvidadas y favorecen así la dispersión y regeneración natural de los robles.