Poco después de que la Agencia Internacional de Investigación sobre el Cáncer diera a conocer sus resultados sobre carcinogeneidad de la carne roja y la procesada, los titulares sensacionalistas se sucedieron: “La OMS dice que las salchichas y el bacon son cancerígenos”. Aunque para los científicos pueda ser clara, no se trata de una clasificación fácil. La clave está en entender no solo qué significa “cancerígeno para los humanos” sino también en cómo se hace y en qué se basa esta clasificación.