Los tumores localizados en la boca, la lengua, los labios y las glándulas salivales se pueden detectar mediante muestras de saliva. Investigadores de la Universidad Complutense de Madrid han diseñado un biosensor que puede identificar estos tipos de cánceres analizando la presencia simultánea de dos biomarcadores, lo que aumenta la precisión del diagnóstico. La herramienta se ha probado con pacientes sanos.
SM Genomics, una spin-off de la Universidad de Barcelona, ha desarrollado un test genético que permite evaluar la predisposición de los deportistas amateur a sufrir lesiones musculares, ligamentosas y tendinosas de no contacto, y estimar la severidad y el tiempo de recuperación. El análisis se realiza a partir de ADN obtenido de la saliva del deportista.
Investigadores de la Universidad de Córdoba participan en un proyecto que busca biomarcadores de cáncer en orina, saliva o aliento utilizando la nanotecnología. La técnica se basa en nanopartículas magnéticas de óxido de hierro que usa imanes para separar el extractante, lo cual permite acelerar el procedimiento, según los autores.
Investigadores de la UNED han medido el cortisol, una hormona implicada en el aprendizaje y la memoria, para identificar diferentes tipos de deterioro cognitivo ligero –en algunos casos, la fase previa al alzhéimer y otros tipos de demencia–. Los expertos han analizado los niveles de esta hormona en tres momentos del día y han descubierto que se encuentran alterados por la mañana en pacientes con este pronóstico.
Investigadores de las universidades de Granada y Murcia han confirmado la efectividad de un compuesto en espray, que contiene ácido málico en una concentración del 1%, que mejora notablemente la xerostomía o sensación de boca seca que provocan los antidepresivos. Este producto, combinado con xilitol y fluoruros en espray, estimula la producción de saliva en los pacientes que padecen este problema.
La carne roja se acompaña con un tinto para paliar la sensación grasienta con el sabor astringente y áspero del vino. Un grupo internacional de nutricionistas demuestra ahora que alimentos poco astringentes, como el té suave, también son capaces de reducir la huella gustativa de la grasa si se toman de forma continuada. Este tipo de hallazgos ayudan a elaborar los menús de los mejores gastrónomos.