La escasez de precipitaciones y las altas temperaturas en los últimos días han provocado un descenso de 449 hm3 de agua en los embalses. Esta semana acumulan 27.040 hm3, lo que representa un 48,2 % de su capacidad total.
El estudio evidencia que siete de los diez años más cálidos en nuestro país se han registrado en la última década y que las emisiones de los gases de efecto invernadero han alcanzado cifras récord.
El balance climático del invierno 2021-2022 presentado ayer por la AEMET indica que las precipitaciones del pasado trimestre solo alcanzaron el 45 % del valor normal, convirtiendo la estación en el segundo invierno más seco de toda la serie histórica. La mayor parte de las cuencas y el conjunto de la Península cerraron febrero en situación de sequía meteorológica y se prevé que la primavera, que comenzará el próximo 20 de marzo, sea más calurosa de lo habitual en toda España.
El 2021 ha sido un año excepcionalmente seco en todo el territorio catalán, exceptuando la mitad sur. Según un informe del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, solo se han registrado 1.440 hectáreas forestales recuperadas, en comparación con las 10.300 de 2020, un año que fue extraordinariamente lluvioso.
Hace una semana el IPCC publicó su sexto informe donde alertaba de que los impactos de la crisis climática son globales y más intensos de lo que se creía. Jofre Carnicer, uno de los autores españoles del trabajo, advierte que, para superar este reto “mayúsculo”, en los próximos 20 años se necesitan cambios no solo en los gobiernos, sino también en nuestros comportamientos de consumo, cultura y hábitos de vida.
Las consecuencias de la crisis climática ya se están sintiendo en todo el planeta y afectan a más de 3.300 millones de personas, incluso en países como España con olas de calor y sequías extremas. El mayor informe del IPCC sobre los impactos, la adaptación y la vulnerabilidad del cambio climático, publicado hoy con la participación de 270 autores de 67 países, urge actuar ante las crecientes amenazas climáticas que se están produciendo antes de lo esperado.
Un nuevo estudio con participación española fija los ingredientes fundamentales para que se desencadenen grandes incendios forestales. El clima aparece como uno de los principales desencadenantes al propiciar la inflamabilidad del combustible, las condiciones de sequía y la efectividad de las igniciones.
El cambio climático perjudica a la salud. Así de tajantes se muestran Cristina Linares Gil y Julio Díaz, investigadores que llevan años estudiando el impacto sobre las vidas humanas tanto del frío como del calor extremos. Este año, en el Instituto de Salud Carlos III han creado una unidad de referencia en cambio climático, salud y medio ambiente urbano.
A lo largo del trimestre, las precipitaciones estuvieron un 33 % por debajo del valor normal, aunque la estación fue lluviosa en el sureste peninsular, según la Agencia Estatal de Meteorología. El verano, que comenzará próximo el 21 de junio, será probablemente más seco de lo habitual en el noroeste peninsular y más cálido de lo normal en toda España.
Desde la época romana, los veranos europeos son cada vez más calurosos y secos, pero la tendencia desde hace seis años se ha intensificado, según la mayor y más detallada reconstrucción de las condiciones hidroclimáticas veraniegas en Europa central de los últimos dos milenios. La crisis climática y los cambios en las corrientes del chorro son las causas más probables de este fenómeno.