Sequías, tornados y precipitaciones torrenciales han existido siempre en nuestro país. Mientras la ciencia sigue estudiando su relación con el cambio climático, está demostrado que el calentamiento global conduce a cada vez más olas de calor y mayor severidad en algunos fenómenos meteorológicos. Expertos de cuatro centros de investigación españoles nos cuentan el pasado, presente y futuro de estos sucesos.
Un estudio ha analizado el impacto económico de la subida del nivel del mar en los países de la UE y Reino Unido, ocasionada por el cambio climático. Los datos del trabajo, publicados en Scientific Reports, apuntan a una caída del 0,88% del Producto Interior Bruto de nuestro país. Galicia, Cantabria y País Vasco serían las comunidades autónomas más afectadas.
La cerveza podría convertirse en un artículo de lujo cada vez más escaso, debido al calentamiento global que afectará al cultivo de cebada. Esa es la conclusión de un de un equipo internacional de investigadores, que ha realizado modelos de distintos escenarios basados en las previsiones de quema de combustibles fósiles y emisiones de dióxido de carbono.
Para los herrerillos, el invierno es la época más dura del año y en este estudio han comprobado que la reducción de las precipitaciones en el Mediterráneo no solo influye en sus posibilidades para sobrevivir sino que disminuye su diversidad genética. La pérdida de diversidad genética de las especies afecta a su potencial evolutivo y su futura supervivencia.
Devastadoras sequías y lluvias torrenciales que generaron enérgicas corrientes de sedimentos son las responsables de que hoy en Somosaguas (Madrid) exista un yacimiento paleontológico. Un equipo internacional de científicos liderado por la Universidad Complutense de Madrid ha averiguado cómo se formó la zona norte del depósito de fósiles, del que los paleontólogos ya han extraído alrededor de 6.600 restos de mamíferos como rinocerontes, caballos o ciervos primitivos.
Las primeras medidas meteorológicas de la Península se tomaron en 1724, justo el año en que pasó por Portugal una de las peores tormentas conocidas. Más tarde, en 1816, se sintieron en España los efectos de la erupción del volcán Tambora; y casi mil años antes, en el 898, una sequía en Al-Andalus fue tan severa que sus pobladores llegaron al canibalismo. Son datos rescatados de viejos documentos por investigadores de la Universidad de Extremadura.
Un nuevo estudio publicado en la revista Investigaciones Geográficas concluye que es importante analizar la percepción ambiental, es decir, la forma en que cada persona aprecia y valora su entorno, con el fin de hacer más eficiente la aplicación de políticas ambientales. Los resultados confirman que los principales riesgos percibidos son inundaciones, sequías e incendios forestales.
Árbol sumergido en el lago Bosumtwi a 15-20 metros de profundidad, es una prueba de una sequía que ocurrió hace un siglo. Foto: Timothy Shanahan