El análisis de vesículas extracelulares y ADN circulante en los drenajes que se implantan después de la cirugía, y que normalmente se desechan como ‘desperdicio’, identifica a pacientes de melanoma en riesgo de recaída y, por lo tanto, determina qué pacientes deberían someterse a terapias adicionales tras la cirugía. Esta técnica podría revolucionar el seguimiento de la progresión de este tipo tumoral, que cuenta con una tasa de recaída del 50%.