Considerada un manual de concienciación ecológica, la saga de Frank Herbert, que acaba de ser adaptada de nuevo al cine, propone soluciones ante la escasez de nuestro recurso más valioso y desperdiciado: el agua potable. Hoy los investigadores se afanan en desarrollar tecnologías que ya no son de ciencia ficción para recolectar, reciclar y purificar este valioso elemento.
La pandemia pospuso a este verano de 2021 los JJ. OO. de Tokio, previstos en 2020. Mañana comienza uno de los acontecimientos más caros y seguidos del mundo, pero no por ello más sostenibles. Después de diez años estudiándolos, el profesor de Geografía Martin Müller señala que estos megaeventos podrían convertirse en motores de cambio hacia una transición sostenible, pero aún no lo son.
El mobiliario que ofrecen grandes cadenas son asequibles y rápidos de fabricar, pero, precisamente por eso, se estropean y cambian con frecuencia. Como la moda rápida, la fast furniture tiene un coste en el ecosistema.
El ingrediente utilizado es bajo en grasas saturadas, rico en fibra dietética y su composición se basa en la algarroba, en su desarrollo han colaborado con investigadores de la Universidad Francisco de Vitoria. Se espera que el producto llegue a los supermercados a comienzos de verano.
Lleva años estudiando cómo combatir el cambio climático mediante el almacenamiento de la energía renovable que no aprovechamos. Su contribución ha sido merecedora del Premio a la Investigación “Women For Science”, concedido por la Fundación L’Oréal y la UNESCO.
La pandemia es una oportunidad para que los gobiernos se replanteen el modelo económico y de producción que ha desencadenado una crisis climática. Sin embargo, el G20 sigue destinando un 60 % más a actividades de combustibles fósiles que a inversiones sostenibles. “Vemos el problema a medio y largo plazo, por eso no actuamos como lo hemos hecho con la covid, pero los efectos pueden ser mucho peores.”, asegura Peñuelas, investigador del CSIC.
Un grupo de científicos apuntan en un informe de la Comisión Europea que los componentes sociales, económicos y ecológicos del sistema alimentario actual lo hacen inviable a largo plazo y advierten que es necesario un cambio del consumo lineal a una economía circular.
La aleatoriedad del viento plantea serios problemas a los sistemas eléctricos, que necesitan calcular la generación con un día de antelación. Ahora investigadores de Italia y España han desarrollado un método basado en redes neuronales de tercera generación para predecir la cantidad de energía que generarán las turbinas de un parque eólico según el comportamiento previo del viento.
Investigadores de la Universidad de Málaga y el Instituto Italiano de Tecnología de Génova han diseñado una camiseta low cost que produce electricidad por la diferencia de temperatura del cuerpo del usuario respecto a la del entorno. Para fabricar el prototipo se han usado materiales sostenibles y de bajo coste como la piel de tomate.
Tres ingenieros catalanes se han planteado qué significa hoy y qué responsabilidad tienen las ingenierías en el desarrollo sostenible de nuestra sociedad. Los resultados, que también destacan las diferencias de género en la profesión, los acaban de presentar en una revista científica.