La transición de los peces a los tetrápodos, que se produjo hace unos 390 millones de años, fue un proceso de cambio que se hizo a un ritmo evolutivo acelerado. Las innovaciones anatómicas que tuvieron lugar en el cráneo y las mandíbulas fueron fundamentales para la adaptación al medio no acuático, según indican los expertos.
Una reconstrucción del proceso regenerativo de los miembros en el Micromelerpeton, un anfibio extinto que vivía en el periodo Pérmico Inferior. El resultado es una malformación en la nueva extremidad. / Kaliopi Monoyios
Hace unos 400 millones de años, un grupo de peces comenzó a explorar la superficie terrestre y se convirtieron en los primeros tetrápodos –animales vertebrados con cuatro extremidades como los actuales anfibios, reptiles, mamíferos y aves–. Sin embargo, cómo utilizaban sus cuerpos y sus aletas estos peces primitivos en un ambiente terrestre y qué procesos evolutivos estaban en juego, sigue siendo un misterio para los científicos.
Un equipo internacional de investigadores ha secuenciado el genoma de un pez relicto, el celacanto, según publican en Nature. Los resultados proporcionan gran cantidad de información sobre los cambios genéticos que acompañaron a los animales acuáticos que se adaptaron al medio terrestre y, por tanto, a una mejor comprensión de la evolución de los tetrápodos.
De acuerdo con un estudio de la Universidad de Bristol, la completa recuperación de los sistemas ecológicos tras la extinción más devastadora de todos los tiempos no se produjo hasta al menos 30 millones de años más tarde.