El periodista de investigación Charles Piller desvela los escasos esfuerzos de la agencia reguladora de EE UU para proteger tanto a los voluntarios de los ensayos clínicos, como la integridad de los datos. Su labor de vigilancia se ha desplomado en los últimos años, en un momento en el que se espera que el organismo “opere al más alto nivel de profesionalidad y transparencia, dada su enorme responsabilidad en la evaluación y aprobación de medicamentos y vacunas contra la covid-19”.
Varios expertos solicitan que se regule la actividad de científicos independientes que se autoadministran productos desarrollados por ellos mismos como defensa contra el coronavirus. Argumentan que, además de conllevar riesgos, podrían erosionar la confianza en la ciencia y dar alas a los antivacunas.
Las pruebas de fase III de una de las candidatas de vacuna más avanzadas han sido interrumpidas por la enfermedad de uno de los voluntarios. Expertos consultados por SINC confirman que es motivo para paralizar el ensayo hasta que se discrimine si la dolencia es debida a la vacuna, ya que deben primar la seguridad y transparencia.
Investigadores de la Universidad de Copenhague, liderados por el español Guillermo Montoya, han descrito la estructura atómica de Cmr-β, el sistema CRISPR Cas de mayor tamaño y complejidad. Además, han observado cómo funciona su respuesta inmunitaria contra los fagos invasores de las bacterias. El hallazgo podría tener aplicaciones futuras en la lucha contra la resistencia a los antibióticos.
En la carrera por la inmunización frente al nuevo coronavirus, encabezada por la Universidad de Oxford y la firma estadounidense Moderna, también participan grupos españoles. Varios de ellos podrían empezar a probar sus candidatos en humanos antes de que acabe el año. Hemos hablado con sus líderes.
En estos momentos se están desarrollando 149 vacunas experimentales contra la enfermedad causada por el SARS-CoV-2, según datos de la OMS. Aquí recogemos los diez proyectos que se encuentran en fases más avanzadas, encabezados por la Universidad de Oxford y la biotecnológica Moderna, en una competición llena de obstáculos con miles de científicos trabajando contra reloj.
Los miembros del ejército chino recibirán las primeras dosis de uno de los principales candidatos de vacuna contra el SARS-CoV-2. Esta vacuna está siendo desarrollada por la firma CanSino Biologics, en colaboración con la Academia de Ciencias Militares. La decisión se produce después de que los primeros ensayos clínicos “probaran su seguridad y mostraran cierta eficacia”, según ha señalado la empresa en un comunicado.
Al comienzo de la pandemia había grandes expectativas en las previsiones matemáticas sobre su evolución, pero la escasa calidad de los datos, la incertidumbre y el uso de modelos epidemiológicos simplistas han hecho que los resultados decepcionen. Varios expertos nos dan pistas sobre posibles mejoras.
Investigadores españoles han desarrollado en el MIT un sistema para producir electrodos de baterías de vanadio, usadas en almacenamiento de energías renovables, a partir de la quitina, un polisacárido que se encuentra en el exoesqueleto de crustáceos e insectos. La ventaja de este componente es que, además de carbono, contiene nitrógeno, que se incorpora a la estructura del electrodo durante el proceso de transformación y mejora su rendimiento.
Esta doctora en Bioquímica desarrolla modelos de roedor genéticamente modificados para probar tratamientos y vacunas contra el SARS-CoV-2. A estos animales se les introducirá, mediante tecnología CRISPR, el gen humano que produce la puerta de entrada para el virus. Su proyecto ha recibido financiación del Instituto de Salud Carlos III.