Suw Charman-Anderson es una de las mayores expertas en redes sociales en Reino Unido. Cansada de asistir a conferencias en las que no había ninguna mujer, decidió instaurar hace siete años el Día de Ada Lovelace para celebrar los logros femeninos en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas. Charman-Anderson critica la cultura hipermasculina impuesta en entornos tecnológicos, con jornadas eternas de trabajo y un trato sexista, lo cual hace que ellas pierdan interés por este sector.
Marta Piñeiro Núñez (A Coruña, 1968) está al frente del programa de innovación abierta de la farmacéutica Lilly en Indianápolis (EE UU). Gracias a esta iniciativa, científicos de universidades y pequeñas firmas de todo el mundo pueden utilizar la plataforma informática y las herramientas de ensayo de la multinacional. A cambio, Lilly gana acceso a un amplio catálogo de nuevas moléculas en campos poco explorados como la inmunología y el dolor.
Nueve de cada diez investigadores británicos se oponen a la salida de su país de la UE. “Sería una puñalada para la ciencia”, dice Jo Johnson, ministro de Ciencia y Universidades, ya que casi un tercio del personal investigador de Reino Unido procede de países del entorno comunitario. Las autoridades científicas han pedido a sus políticos que digan no al brexit, ya que el retorno que recibe el país, tanto en financiación como en atracción de talento, se vería gravemente dañado.
En el interior de las células, miles de orgánulos trabajan sin descanso para que nuestro organismo funcione. Pero si estos pequeños elementos son defectuosos –como ocurre en muchas dolencias congénitas– se puede producir un fallo multiorgánico y la muerte. Leticia Hosta Rigau (Barcelona, 1981), lidera un equipo en la Universidad Técnica de Dinamarca que desarrolla orgánulos artificiales capaces de reparar el daño celular.
Jack Leeming (Londres, 1992) opina que hay muchas opciones laborales para un investigador fuera del mundo académico. Además de ser editor de Naturejobs, el mayor portal de empleo científico, Leeming da consejos en su blog a los científicos que quieran crear una start-up o su propio laboratorio.
¿Quieres secuenciar tu información genética y tenerla siempre disponible? La start-up española Made of Genes ha creado una plataforma para ofrecer este servicio. Los precios irán de 3.000 euros para el exoma y los 5.000 que costará guardar el genoma completo. El usuario podrá dar acceso a estos datos, almacenados con el nivel más alto de seguridad, a médicos y expertos para tratamientos personalizados.
El rescate de una niña con autismo, que se había escapado de casa, movió al ingeniero informático Iván Pérez a desarrollar, junto a su equipo de la empresa Geo.band, un geolocalizador de última generación que se puede convertir en un llavero, un colgante o un reloj. Está diseñado para ser usado con niños, ancianos y personas dependientes e incluye sensores y algoritmos que aprenden del usuario. Paco Lobatón se ha comprometido con el proyecto a través de su fundación QSDGlobal.
Tunicados del Caribe y esponjas de Madagascar son algunos de los organismos marinos en los que se han inspirado los investigadores de PharmaMar para lograr potentes medicamentos contra el cáncer. Esta firma española, nacida hace casi tres décadas como una inversión de riesgo, se lanza ahora a la aventura de salir a la Bolsa de EE UU. Su objetivo: lograr financiación para sus nuevas moléculas contra cáncer de pulmón, ovario y mieloma múltiple, y sacar adelante las que aún están en fase preclínica.
El trabajo Leonard Kleinrock (Nueva York, 1934) contribuyó en los sesenta del siglo pasado a crear las bases de internet. Sin su tecnología de conmutación de paquetes de datos, esta red, tal y como la conocemos, no existiría. El ingeniero dice que nunca imaginó que internet fuera a convertirse en un medio masivo de comunicación con fenómenos como las redes sociales. También opina que estamos viviendo un momento de poca creatividad científica debido a una financiación escasa que espera resultados a muy corto plazo.
La científica holandesa Laura van ’t Veer ha revolucionado el diagnóstico del cáncer de mama con un test genético que permite evitar a casi un tercio de las pacientes un tratamiento innecesario con quimioterapia. Con el análisis de 70 genes, el método descifra si el tumor tiene o no probabilidad de recurrencia y, por tanto, si es de alto o bajo riesgo. Su trabajo ha sido reconocido con el Premio al Inventor Europeo 2015 en la categoría de pequeñas y medianas empresas en una gala celebrada ayer en París.