La popularidad de secuoyas de California, y del valle de Yosemite que las acoge, es uno de los legados del naturalista John Muir. Mi primer verano en la Sierra es sudeclaración de amor por esos parajes y un texto fundacional del conservacionismo.
Tradicionalmente, la tragedia de Frankenstein ha servido para infundir miedo al cambio provocado por engendros destructivos. ¿Pero de qué Frankenstein hablan? De la novela publicada por Mary Shelley en 1818 hay más de cien adaptaciones cinematográficas, con una enorme diversidad de versiones y perversiones. Como la Criatura hecha con retales de animales y personas, el mito es una mezcla de discursos sobre los límites del progreso, la ética y la innovación. De allí el atractivo de su historia, que se sigue contando una y otra vez.
En sus páginas, Steven Kent (EE UU, 1960) cuenta el nacimiento de los videojuegos como un pasatiempo ideado por los nerds del MIT en sus ratos libres. Durante una década, no salieron de los círculos informáticos; finalmente, un ingeniero encontró el primer modelo de negocio exitoso al incorporarlos a los salones de juegos recreativos. Poco más tarde, el abaratamiento de los ordenadores personales dio lugar a una pasión de masas y a una industria multimillonaria.
Hace medio siglo, una nave espacial se precipitaba a las pantallas y daba inicio a una de las sagas más prolíficas de la cultura de masas. Su abrupto naufragio desencadenó una narrativa de supervivencia a cargo de humanos empeñados en salvar a su especie de los desaguisados causados por tecnologías salidas de madre. Desde entonces, sus peripecias con los simios inteligentes escenifican temores, desde el miedo al holocausto nuclear al recelo en la ingeniería genética, pasando por el racismo, el animalismo y el supremacismo xenófobo.
El escándalo creado por el uso ilegal de cuentas de Facebook para propaganda política pone de máxima actualidad al alegato de Cathy O’Neil contra las “armas de destrucción matemática”. En su libro, la experta estadounidense en ciencia de datos desmonta los sesgos y diseños erróneos de algoritmos manejados por empresas, policías y gobiernos con consecuencias nefastas para la igualdad de oportunidades, los derechos laborales y la calidad democrática.
En una época como la nuestra, en la que se bombardea a los científicos con exigencias de rentabilidad, productividad y aplicabilidad, no puede chocar más la defensa de las matemáticas en virtud de su belleza y total inutilidad hecha en 1940 por Godfrey Harold Hardy en su obra Apología de un matemático.
El libro Mujeres de ciencia relata las andanzas de 50 pioneras que debieron superar los obstáculos, la discriminación y el ninguneo de las academias. Su autora, Rachel Ignotofsky, expresa su “esperanza de que anime a niñas y mujeres a dejarse llevar por sus pasiones y sueños”. Este homenaje ilustrado, sazonado de datos, gráficos y hechos curiosos, es estimulante para chicas y chicos. También ellos requieren modelos femeninos positivos, si queremos librarles de prejuicios misóginos.
“La humanidad es la especie más estúpida: es la única donde los machos matan a sus hembras”, dijo Françoise Heritier. Esta semana ha muerto la etnóloga francesa, que probó que la violencia de género no responde a ninguna ferocidad natural, sino a un exceso de cultura patriarcal.
A finales de 2017 saldrá a la venta una edición especial del Disco Dorado, el mensaje políglota enviado con las sondas Voyager para seres de otros mundos. De ese modo habrán sido los oídos terrícolas los primeros en escuchar los sonidos compilados por Carl Sagan hace 40 años. La próxima transmisión de un saludo similar en la misión New Horizons plantea una pregunta: ¿sus verdaderos destinatarios somos nosotros mismos?
La entrega del premio Planeta a un thriller sobre el Santo Grial ha reafirmado el tirón de narraciones indisociables del auge de las teorías conspirativas. Con su causalidad exagerada, su desconfianza de las apariencias y su certeza de que todo tiene un sentido oculto, estas fantasías imitan a las ciencias sociales para convencernos de que tras la realidad engañosa existe un orden manipulado por élites tenebrosas cuyos tejemanejes urge desenmascarar.