Ilustración de un exoplaneta orbitando su estrella, aunque en el caso de KIC 8462852 se desconoce qué es lo que oculta su brillo de vez en cuando. / NASA
En el brillante ‘corazón’ de Plutón se encuentra Sputnik Planum, un mar de nitrógeno congelado que puede albergar icebergs de agua helada. Lo que ocurre debajo, se desconoce. / S.A. Stern et al./NASA
Parte de la nebulosa Saco de Carbón. / ESO
Cielo azul de Plutón, captado por la sonda New Horizons. / NASA/JHUAPL/SwRI
Ejemplos de oscuras “líneas de ladera recurrentes” (RSL) en Marte. / NASA/JPL/University of Arizona
Simulación de un agujero negro iluminado por un fino disco de acreción. / Brandon Defrise Carter et al
Cuando una estrella colapsa formando un agujero negro, se produce una singularidad espaciotemporal donde no funcionan las leyes de la Física. En 1965 Sir Roger Penrose presentó un teorema donde relacionaba esa singularidad con las denominadas ‘superficies atrapadas’, que encogen con el paso del tiempo. Ahora se celebra el aniversario de aquel planteamiento, uno de los resultados de la teoría de la relatividad general.
Cada verano marciano aparecen unos misteriosos flujos lineales avanzando por las laderas del planeta rojo, para desvanecerse después cuando llegan las estaciones frías. Ahora los datos de la nave Mars Reconnaissance Orbiter de la NASA han permitido confirmar la presencia de sales hidratadas en esas zonas, lo que sugiere la existencia de agua líquida salobre bajo la superficie y un ambiente más propicio para la vida.
Una muestra de la morfología irregular que presenta la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko. Imagen captada por el sistema OSIRIS de la sonda Rosetta. / ESA/Rosetta/MPS for OSIRIS Team MPS/UPD/LAM/IAA/SSO/INTA/UPM/DASP/IDA