Señales modo B captadas por BICEP2. / BICEP2
Los científicos de BICEP2, que en marzo anunciaron haber detectado las ondas gravitacionales de los ecos del Big Bang, han publicado sus resultados en la revista Physical Review Letters precedidos por la polémica: en estos meses, la comunidad de físicos ha expresado sus dudas sobre su validez. La propia revista reconoce la posibilidad posibilidad real de que sea fruto de polvo polarizado más que de efectos primordiales.
Cumbres del monte Aeolis en el cráter Gale, donde se observan morfologias lobulares y lineales generadas por el movimiento de hielo glaciar en el pasado. A la derecha, glaciar Breiðamerkurjökull de Islandia. / CTX-MRO-NASA/Google maps
Hace 3.500 millones de años el cráter marciano Gale, por donde ahora se mueve el rover Curiosity, estuvo cubierto de glaciares, sobre todo en su montaña central. También discurría agua líquida muy fría por los ríos y lagos de las zonas más bajas, en paisajes parecidos a los que hoy se pueden encontrar en Islandia o Alaska. Así lo refleja un análisis de las imágenes tomadas por las naves que orbitan el planeta rojo.
El ión OH+, esencial para la formación de agua, se encuentra en los ardientes restos de estrellas de tipo solar en sus últimas etapas. Dos trabajos han sacado a la luz este hallazgo, uno de ellos liderado por un miembro de ASTROMOL y llevado a cabo con datos del telescopio espacial Herschel de la Agencia Espacial Europea.
Universidad Libre de Ámsterdam/NASA/ESA
Un equipo de astrofísicos ha lanzado este viernes Sunspotter, una iniciativa de ciencia ciudadana para valorar la complejidad de las manchas del Sol mediante fotografías. Los resultados servirán para publicar un estudio conjunto y entrenar un algoritmo que automatice las operaciones, pero antes se requiere el poder de muchos cerebros humanos.
La cúpula del mayor telescopio del Observatorio de Calar Alto (Almería) ha acogido hoy la presentación de CALIFA, un muestreo galáctico de gran precisión, y CARMENES, un instrumento que buscará planetas semejantes a la Tierra. El Instituto de Astrofísica de Andalucía lidera estas dos iniciativas internacionales.
Un equipo internacional de 25 investigadores ha empezado a recibir los datos de la sonda Rosetta en el Centro Europeo de Astronomía Espacial (ESAC) que tiene la de la ESA en Madrid. La nave llegará este verano al cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, que ya ha entrado en actividad sublimando material helado.