Los astrofísicos pensaban que las explosiones de rayos gamma (GRB) cortas, de menos de dos segundos, se producían por la fusión de estrellas de neutrones, y las largas, por la muerte de estrellas muy masivas. Sin embargo, se ha observado una GRB durante casi un minuto tras fusionarse dos estrellas de neutrones, lo que exige una revisión del marco teórico que explica estos potentes estallidos en el universo.
Gracias a los ‘ojos’ infrarrojos del telescopio espacial James Webb, se ha observado con una nitidez sin precedentes la luz difusa y muy débil de estrellas que no están unidas gravitacionalmente a ninguna galaxia dentro de grandes cúmulos. Los datos, procesados en el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), también ofrecen pistas sobre la materia oscura.
Hace 3.400 millones de años un asteroide impactó contra un océano poco profundo en Marte, generando un gigantesco tsunami. Sobre los sedimentos que quedaron, un buen lugar para buscar indicios de vida, aterrizó en 1976 la primera sonda que operó con éxito en el planeta rojo. Así lo recoge un estudio internacional liderado por la Universidad Autónoma de Barcelona.
Gracias al excepcional brillo del fenómeno, telescopios terrestres han tenido la suerte de observar en distintas longitudes de onda un raro evento de disrupción de marea (TDE), en el que un agujero negro supermasivo emite chorros de radiación mientras desgarra una estrella. La mayoría de los TDE se han observado en el universo cercano, pero este procedía de una galaxia situada a 12.400 millones de años luz.
La cápsula Orion de la NASA ha logrado distanciarse 434.522 kilómetros de la Tierra en su viaje alrededor de la Luna. Esta nave no tripulada de la misión Artemis I ha llegado más lejos que el Apolo 13.
A partir de 2023, el telescopio más grande de España podrá observar el universo de una forma más nítida gracias a una colaboración entre científicos españoles y mexicanos. Lo cuenta uno de ellos, José Franco, de la Universidad Nacional Autónoma de México, además de destacar los frutos de los viajes a la Luna y la necesidad de romper barreras entre arte, ciencia y tecnología.
El rover Perseverance de la NASA corrobora, como ya apuntaban las imágenes orbitales, que el cráter Jezero de Marte tuvo condiciones de habitabilidad hace más de 3000 millones de años. Tres de sus instrumentos confirman que tuvo agua líquida y carbonatos en un entorno geológico sedimentario rico en compuestos orgánicos.
Tres instrumentos del telescopio espacial James Webb han detectado monóxido y dióxido de carbono, agua, sodio y potasio en la capa gaseosa de WASP-39 b, un ‘saturno caliente’ situado a 700 años luz, y lo más sorprendente: dióxido de azufre. Esta molécula se produce por reacciones fotoquímicas inducidas por la energética luz de la estrella madre, como ocurre en la capa de ozono de la Tierra.
Cinco días después de su lanzamiento desde la Tierra, la cápsula no tripulada Orion ha pasado hoy a 130 km de la superficie lunar, según la señal recibida por la antena que tiene la NASA cerca de Madrid. Se trata de la primera de las dos maniobras que necesitará la nave para entrar en la órbita retrógrada distante alrededor de nuestro satélite.
La NASA ha lanzado este miércoles el megacohete SLS, el más potente del mundo, con la cápsula Orion a bordo. Esta nave no tripulada se moverá en una órbita lunar y regresará a la Tierra después de un vuelo de 26 días en el que se probarán tecnologías que permitirán la futura exploración humana de la Luna y Marte.