Investigadores del Centro de Astrobiología y otros centros internacionales han descubierto una supertierra con una densidad inusualmente baja. La explicación parece estar en su espesa y enorme atmósfera de vapor de agua, unas 50 veces mayor que la de nuestro planeta.
En torno a la cercana estrella LP791-18 se ha encontrado un nuevo planeta que, mientras orbita, se aproxima peligrosamente a un vecino 'minineptuno'. La interacción gravitatoria que se genera posiblemente está produciendo una intensa actividad volcánica en este mundo recién localizado, de un tamaño algo mayor que el nuestro.
Después de décadas de debate, un estudio internacional desvela que estas explosiones proceden de un sistema doble de estrellas formado por una enana blanca y otra similar a nuestro Sol. Estos estallidos se emplean para medir distancias en el universo.
La evolución en los destellos de una estrella moribunda ha permitido a los astrónomos captar cómo se expande y engulle a uno de sus planetas. La Tierra correrá la misma suerte dentro de 5.000 millones de años.
Las fluctuaciones cuánticas durante la etapa de inflación, solo unos instantes tras el nacimiento del universo, fueron clave para la formación de estructuras masivas muy antiguas, como el cúmulo El Gordo u otros captados por el telescopio James Webb. La clave está en la estadística de estas fluctuaciones, según un nuevo estudio.
Un equipo internacional de astrónomos ha observado por primera vez, en una misma imagen, la sombra del agujero negro del centro de la galaxia Messier 87 y su potente jet de materia. El hallazgo ayuda a comprender mejor cómo los agujeros negros son capaces de lanzar chorros tan energéticos.
Las señales generadas por un terremoto marciano y el impacto de un meteorito han permitido al ‘aterrizador’ InSight de la NASA sondear el núcleo líquido del planeta rojo. Los resultados revelan que está compuesto por hierro con abundante azufre y elementos ligeros como el oxígeno y el hidrógeno, además de ofrecer nuevas pistas sobre la evolución del vecino de la Tierra.
Tras modelizar la metalicidad de las estrellas, su radiación ultravioleta y la capa de ozono de los planetas circundantes, científicos alemanes han descubierto que es más fácil que la vida prospere en mundos situados alrededor de estrellas con relativamente menos cantidad de elementos pesados.