Un equipo internacional de investigadores, con participación española, ha detectado emisiones gamma en un lugar insospechado: las novas o explosiones termonucleares que se producen en las estrellas enanas blancas de los sistemas binarios. El estudio, que esta semana publica Science, aporta una nueva clase de fuente de altas energías a la física estelar.
El Espectrómetro Magnético Alpha, un detector de partículas de última generación, llegará el 26 de agosto al Centro Espacial Kennedy (EEUU), según ha confirmado la Agencia Espacial Europea (ESA) y la NASA. Desde allí partirá en febrero de 2011 hacia la Estación Espacial Internacional (ISS), donde se instalará como un módulo externo para estudiar el origen y la composición del Universo.
Vista aérea del Observatorio de Arecibo.
A partir del 10 de marzo y durante 19 días se pudo observar la emisión gamma de la nova (foto derecha).
Pruebas del AMS-02 en un simulador espacial.
Como cada año han llegado fieles a su cita las Perseidas o Lágrimas de San Lorenzo, una lluvia de meteoros cuyo momento álgido se producirá durante las madrugadas del 12 y el 13 de agosto. La observación de este fenómeno astronómico se verá favorecida por una incipiente luna creciente, aunque las nubes podrían cubrir los cielos e impedir el espectáculo en la mitad norte de la Península.
La Escuela Internacional de Instrumentación Avanzada tiene como objetivo formar los futuros líderes de los proyectos de instrumentación científica de alta tecnología.
Un equipo de científicos estadounidenses, coordinados desde la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, EEUU), señala esta semana en la revista Science que la Luna básicamente está seca, en base a los resultados de un análisis de isótopos de cloro realizado en rocas lunares traídas por la misión Apolo. El estudio contradice lo que indican estudios recientes, que plantean que nuestro satélite contiene más agua del que se creía.
Capas del Polo Norte marciano.
Astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) han obtenido por primera vez una visión tridimensional de la distribución del material interno expulsado por una estrella que estalló recientemente, la supernova 1987A. La explosión original no sólo fue muy potente, sino que se concentró más hacia una dirección, lo que indica que la supernova debe haber sido muy turbulenta y refuerza la validez de los últimos modelos computacionales.