Una submarina sondea el pecio Bou Ferrer, donde se observan alineados algunos lingotes. / De Juan-D. G. de Cultura de la Generalitat Valenciana
Lingote romano de plomo recuperado del pecio Bou Ferrer. / De Juan-D. G. de Cultura de la Generalitat Valenciana
Los lingotes de plomo recuperados de antiguos naufragios presentan unas características ideales para los experimentos de física de partículas. Científicos del detector de materia oscura CDMS en Minnesota (EE UU) y del observatorio de neutrinos CUORE en el Laboratorio Gran Sasso (Italia) los han comenzado a utilizar, pero los arqueólogos advierten sobre la destrucción y el comercio del patrimonio histórico que hay detrás. La revista Science se ha hecho eco de este dilema formulado por dos investigadores españoles.
Buzos junto a un lingote romano de plomo extraído del pecio Bou Ferrer. / Jose A. Moya - UA
Científicos del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) han conseguido levitar ópticamente nanopartículas en condiciones de vacío. De esta forma se ha obtenido el mayor valor de un factor de calidad, denominado Q, en nano y microresonadores mecánicos.
La próxima decisión sobre la ubicación de la sede norte del observatorio de rayos gamma CTA, donde España propone la candidatura de Tenerife, y la contribución de nuestro país a la construcción del laboratorio de referencia en Europa en física nuclear, FAIR, serán dos de los temas que debatirán este mes los investigadores del Centro Nacional de Física de Partículas, Astropartículas y Nuclear (CPAN), aunque el punto principal serán las investigaciones en el LHC tras el descubrimiento del bosón de Higgs. La cita es a finales de noviembre en Santiago de Compostela.
Investigadores de nanoGUNE y la Universidad Libre de Berlín han desarrollado una nueva técnica para manipular el magnetismo de los átomos. Si se mantienen en ese estado el tiempo suficiente, se facilitan los procesos de escritura y lectura de información. El trabajo aparce en la revista Nature Physics.
Miembros del Centro Nacional de Aceleradores junto con investigadores de la Universidad de Sevilla han estudiado muestras de agua marina de las proximidades de Islandia y Suecia para evaluar las concentraciones de 129I con origen en las plantas europeas de reprocesamiento de combustible nuclear en La Hague (Francia) y Sellafield (Reino Unido).
Considerado uno de los grandes expertos en grafeno, Francisco Guinea, investigador del Instituto de Ciencias de Materiales del CSIC, piensa que hay “razones objetivas” para la expectación que ha levantado este nuevo material. Es tan versátil que podría tener aplicaciones en electrónica, aeronáutica e incluso medicina. “En países como China y Corea del Sur ya hay prototipos de tabletas flexibles que podrían comercializarse a corto plazo”, explica. El potencial del grafeno es tal que la Unión Europea ha financiado con 1.000 millones el proyecto Flagship Graphene, en cuyo consejo asesor está Guinea.