Investigadores de la Universidad de Oviedo han marcado el azufre de la levadura de la cerveza con un método no radiactivo, de tal forma que al dársela de comer a ratas de laboratorio se puede rastrear el camino que sigue este elemento y analizar los aminoácidos y las proteínas donde se va incorporando. La técnica puede ser muy útil para estudiar in vivo el metabolismo de este micronutriente y ver cómo actúan los fármacos azufrados en el organismo.
Los isótopos de azufre se detectan con la técnica ICP-MS (espectrometría de masas con fuente de plasma de acoplamiento inductivo). / Justo Giner
Investigadores de las universidades Jaume I de Castellón y de Valencia han dibujado, mediante química computacional, el primer 'mapa cartográfico' que recoge la evolución de las enzimas durante las reacciones químicas. El avance, portada de la revista Nature Chemistry, ayudará a mejorar el diseño de fármacos y biocatalizadores.
Durante los tres meses posteriores al accidente nuclear de Fukushima, científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales (ICTA), la Universidad Autónoma de Barcelona y otros centros internacionales analizaron los niveles de radioisótopos de estroncio en las aguas del Pacífico. Los resultados, que se presentan ahora en la revista Biogeosciences, revelan que en algunas zonas se multiplicaron por cien las concentraciones de este elemento radiactivo.
Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) han conseguido regular por primera vez la elongación y el sentido de giro de un polímero helicoidal. El avance, portada de la revista Chemical Science, puede ayudar al desarrollo de nuevos nanomateriales con aplicaciones en biomedicina y telecomunicaciones.
Un dromón bizantino utiliza el fuego griego en plena batalla. / J. A. Peñas
Un barco enemigo es devorado por las llamas del fuego griego. / J. A. Peñas
El mortífero fuego valyrio de la serie Juego de Tronos está inspirado en un arma incendiaria real que salvó Constantinopla de la expansión islámica. La lista de ingredientes de este invento bizantino, cuyas llamas devoraban las flotas enemigas con rapidez, no ha llegado hasta nuestros días, pero se sabe que apagarlo era toda una hazaña porque ardía en contacto con el agua. Químicos e historiadores tratan de reescribir su fórmula perdida.
Científicos de la Universidad de California en Berkeley (EE UU) y de la Universidad del País Vasco han fotografiado por primera vez los cambios atómicos en una molécula mientras experimenta una reacción química. Las imágenes permiten observar los procesos de ruptura y creación de enlaces entre sus átomos, según publica la revista Science Express.