Ángela Ibáñez, psiquiatra del Hospital Universitario Ramón y Cajal

“Las listas de espera de pacientes de ludopatía siguen aumentando”

La recaudación de las máquinas tragaperras ha bajado en España un 25% este año, según un informe que ha publicado este mes la Federación de Asociaciones de Máquinas Recreativas (FAMR). Pero ¿cuál es la situación actual de la ludopatía en tiempos de crisis? SINC habla con Ángela Ibáñez, especialista de la Unidad de Ludopatía del Hospital Universitario Ramón y Cajal, un referente científico donde se analizan las causas biológicas de este trastorno y sus posibles tratamientos.

Ángela Ibáñez
Ángela Ibáñez.

En 1981, un año después de que el juego patológico se incluyera en las clasificaciones internacionales de trastornos mentales, se creó en España la Unidad de Ludopatía del Hospital Universitario Ramón y Cajal (Madrid), el primer lugar dedicado al estudio de un trastorno que, sólo en nuestro país, afecta a más de medio millón de personas.

¿Qué opina del informe emitido este mes por la FAMR?

No hemos notado una reducción en el número de pacientes, sino todo lo contrario. La demanda de atención de nuevos pacientes que acuden a nuestra unidad se ha incrementado en los últimos meses, y la lista de espera no deja de aumentar. También hemos observado que el índice de “absentismo” de las primeras visitas ha disminuido, es decir, que hoy no suelen fallar los pacientes que se citan, mientras que antes el índice de abandonos era mayor ya desde la primera visita.

tragaperras

En España, los juegos que más adicción generan son las máquinas tragaperras, seguidas de los bingos y los casinos.

En nuestra opinión, la relación de la crisis económica con la ludopatía puede contemplarse desde varios puntos de vista. En las personas ludópatas que ya lo eran, las dificultades económicas facilitan la detección del problema o hacen que sea menor el grado de tolerancia hacia el mismo. En personas con un patrón de juego excesivo pero que no son ludópatas es posible que las situaciones económicas adversas influyan en el desarrollo del problema. Y en personas con predisposición a desarrollar el problema, la crisis financiera puede ser el motivo inicial para empezar a jugar y después desarrollar una ludopatía.

¿Cuáles son los últimos resultados en la investigación sobre ludopatía?

Ciertos hallazgos sugieren la existencia de un déficit serotonérgico en algunas personas, mientras que en otras podría haber una disfunción dopaminérgica o incluso noradrenérgica. Estudios recientes apuntan también la existencia de factores genéticos de vulnerabilidad que pueden predisponer al desarrollo de este trastorno. De forma que la ludopatía parece constituirse como un modelo genéticamente condicionado, y socialmente provocado.

Otras investigaciones recientes se basan en el análisis directo mediante estudios de asociación de polimorfismos en posibles genes candidatos (comparan la frecuencia alélica encontrada en un grupo de pacientes con trastorno y la hallada en un grupo control). Con los datos disponibles se postula un modelo de herencia poligénica multifactorial, en la que determinadas variantes alélicas de algunos genes actuarían como factores que confieren susceptibilidad para desarrollar ludopatía.

¿La actividad cerebral se modifica en las personas ludópatas?

Se han hecho estudios de neuroimagen en jugadores patológicos para investigar posibles áreas cerebrales implicadas en el trastorno. Por ejemplo, en estudios con resonancia magnética funcional se ha encontrado una actividad reducida en el córtex frontal y orbitofrontal, en ganglios basales y en el tálamo. Otro trabajo evidenció una activación reducida en el área ventral estriatal y ventromedial, lo que sugiere una implicación del sistema mesolímbico de recompensa parecida a la observada en pacientes con dependencia a estupefacientes.

En estudios sobre adicciones, se ha evidenciado un déficit en la capacidad de tomar decisiones que equilibran la gratificación a corto plazo y las consecuencias negativas a largo plazo. Esto apunta que los pacientes con ludopatía tienen una disfunción en el área prefrontal que afectaría al cortex orbitofrontal, dorsolateral prefrontal y ventro medial frontal.

¿Cuál es el tratamiento para esta adicción?

El tratamiento del juego patológico exige una correcta evaluación del caso para asegurar el diagnóstico, con especial atención al diagnóstico diferencial (conductas de juego excesivo que no corresponden a las del juego patológico), y al diagnóstico de otros trastornos comórbidos (trastorno de personalidad, abuso/dependencia de sustancias, trastornos afectivos…). En todo momento se requiere un abordaje terapéutico asociado. El 60-70% de las personas que sufren ludopatía tienen otro trastorno asociado, que en el 30-40% de los casos es el abuso de alcohol. El abordaje del trastorno necesita una intervención psicoterapéutica que incluya una atención especial a la prevención de recaídas. Y en algunos casos, se requiere un tratamiento farmacológico, que será diferente para cada sujeto en función de su evaluación.

¿Son eficaces estos fármacos?

Los medicamentos que se han mostrado eficaces son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) y los antagonistas opioides. La eficacia sólo se ha establecido en tratamientos a corto plazo, ya que la mayoría de los estudios se han diseñado con una duración limitada a 8 ó 12 semanas y como mucho alcanzan los seis meses de seguimiento….

¿Se puede curar la ludopatía?

En mi opinión es difícil hablar de “curación” en un trastorno como la ludopatía. Una vez desarrollado el trastorno sobre una probable predisposición biológica genéticamente condicionada, la experiencia nos indica que el sujeto queda marcado por esta susceptibilidad, que se mantiene y, si bien se puede controlar, no parece probable que desaparezca con el tiempo, ya que son frecuentes las recaídas en el curso evolutivo natural del trastorno, incluso muchos años después de mantenerse sin jugar.

¿El futuro nos traerá una vacuna preventiva?

Las vacunas pueden representar un nuevo enfoque en el tratamiento de las adicciones, aunque más que un papel preventivo como sucede con el resto de las vacunas, constituirían una herramienta terapéutica, al menos al principio y en caso de probar su eficacia. Las que se están desarrollando hoy se basan en la producción de anticuerpos en respuesta a la introducción en el organismo de derivados convenientemente neutralizados de la droga de abuso que se pretende combatir (cocaína, nicotina, derivados anfetamínicos), de manera que cuando el sujeto consume la sustancia los anticuerpos se unen a ella e impiden su efecto placentero. Pero los resultados hasta ahora son decepcionantes, ya que los efectos “antiadicción” se han conseguido en un pequeño porcentaje de las personas que han recibido la vacuna, y además no se mantienen a largo plazo. Por otra parte, la vacuna no actúa sobre el componente psicológico de las adicciones, por lo que la ansiedad por el consumo puede hacer que el individuo persista en este hábito a pesar de no obtener el efecto deseado.

Por eso todavía es más difícil pensar en una vacuna de la ludopatía, ya que se trata de una “adicción sin sustancia”, por lo que a las dificultades actuales para la investigación sobre vacunas, se añade la inexistencia de una sustancia externa contra la que crear anticuerpos para evitar sus efectos.

Cifras y letras de la ludopatía

Los estudios epidemiológicos arrojan cifras que oscilan del 0,5 al 2% de la población adulta afectada por la ludopatía. Hoy hay más de 500.000 personas ludópatas en España, a los que hay que sumar la proporción de personas que tienen un uso problemático del juego y no se sabe si desarrollarán la patología o no. Según los estudios realizados en la Unidad de Ludopatía del Hospital Universitario Ramón y Cajal, la prevalencia de ludopatía es más frecuente en hombres que en mujeres (3 a 1 en población general) y entre las personas que buscan tratamiento, el porcentaje de mujeres es mucho menor (10 a 1). Las mujeres suelen empezar más tarde (aunque la edad de comienzo media de los estudios indica que es igual en hombres que en mujeres), pero lo hacen más intensamente, lo que se conoce como ‘fenómeno de telescopaje’. La prevalencia también es mayor entre la población adolescente. En España, los juegos que más adicción generan son las máquinas tragaperras, seguidas de los bingos y los casinos. A estos tres tipos no se podría jugar, teóricamente, antes de los 18 años, pero el control en el acceso a las máquinas tragaperras es muy liviano, por lo que hay muchos jóvenes que empiezan antes a jugar.

Fuente: SINC
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