GEMMA REVUELTA, RESPONSABLE DEL PROYECTO ‘SENSITIVE TECNOLOGIES AND EUROPEAN PUBLIC ETHICS’ (STEPE)

“Ni los políticos ni los científicos pueden dejar de lado a la sociedad para tomar decisiones”

SINC habla con Gemma Revuelta, subdirectora del Observatorio de la Comunicación Científica y profesora asociada del Departamento de Comunicación de la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona. Es la única investigadora española que participa en el proyecto STEPE, cuyo objetivo es diseñar e interpretar los resultados del Eurobarómetro 2009 sobre Ciencias de la Vida y Tecnologías Relacionadas.

“Ni los políticos ni los científicos pueden dejar de lado a la sociedad para tomar decisiones”
Gemma Revuelta. Foto cedida por la investigadora.

Éste es el séptimo de una serie de eurobarómetros o sondeos de opinión a gran escala (en el último se entrevistó a 25.000 personas) centrados en analizar las relaciones entre la ciudadanía europea y las biotecnologías. En esta ocasión, el estudio incorpora conceptos como el de "tecnologías sensibles" y se complementa con una investigación cualitativa sobre el marco de gobernanza, ético y de participación ciudadana. ¿Nos puede adelantar los temas del Eurobarómetro 2009?

El objetivo es continuar monitorizando las opiniones y actitudes públicas respecto a las biotecnologías y las ciencias de la vida. Como otros años, volveremos a preguntar sobre tecnologías y aplicaciones concretas, como las células madre, la clonación y los organismos modificados genéticamente. Pero también introduciremos nuevos temas que tenemos que acabar de concretar y entre los que se encuentran los bancos de genes, las técnicas de human enhancement (mejora humana), el diagnóstico genético preimplantacional o los cultivos cisgénicos. La idea es conocer la opinión de la población ante campos emergentes, antes incluso de que aparezcan en la arena pública.

¿Por qué han decidido abordar en esta edición cuestiones éticas y de participación ciudadana?

El Eurobarómetro es un instrumento cuantitativo que tiene sobre todo un valor de seguimiento y comparación, pero necesariamente debe plantearse desde un marco más amplio. Desde los círculos académicos siempre se ha intentado estudiar -con más o menos éxito- el contexto en el que producen los resultados que observamos a través del Eurobarómetro. Lo que ha sucedido hasta ahora es que a menudo lo que más trasciende es la interpretación política del estudio y, esta, casi de forma obligada, es más simplista y menos matizada que la científica o académica. En el proyecto STEPE hemos hecho un mayor esfuerzo para que el contexto ético en el que se interpretan los datos quede siempre presente.

¿En qué consisten las “tecnologías sensibles”?

Bajo este concepto hemos querido agrupar aquellas tecnologías del entorno de las ciencias de la vida que generan o son susceptibles de generar controversias entre el público. A veces se trata sólo de un campo de investigación que puede generar debate y opiniones contrapuestas. Esto no quiere decir que todas estas tecnologías lleguen a plantear un debate público. Las aplicaciones que incluimos bajo esta denominación están seleccionadas por consenso entre los miembros del grupo después de un primer trabajo exploratorio realizado en cada país.

¿Cómo influyen los resultados de este estudio en la toma de decisiones en política científica europea?

Es difícil saber el alcance real del estudio, pero en no son pocas ocasiones sus datos se han llevado al debate parlamentario. Lo que sería interesante ahora es averiguar cuántos europarlamentarios han leído a fondo el estudio y cuántos pueden haberse quedado únicamente con la nota de prensa. Seguro que aún podríamos mejorar mucho el proceso. Es evidente. Si lo miramos desde otro punto de vista, ahora ni el político ni el científico pueden dejar de lado a la sociedad, saben que han de contar con ella para tomar decisiones. Otra cosa es cómo se toman estas decisiones.

La Universidad Pompeu Fabra (UPF) es la única institución española implicada en el proyecto ¿Cuál es el proceso que han seguido para formar parte del STEPE?

Fue el propio coordinador del proyecto, George Gaskell (director del Instituto de Metodología de la London School of Echonomics) quien se puso en contacto con nosotros para pedirnos que el Observatorio de la Comunicación Científica de la UPF entrara a formar parte. El grupo que lidera Gaskell es muy sólido y algunos de sus miembros trabajan juntos desde hace más de diez años. Hay sociólogos, psicólogos sociales y biólogos de diez países distintos. Desde 2004 pertenezco a este grupo, por lo que pude participar ya en el diseño e interpretación del Eurobarómetro sobre biotecnologías de 2005.

¿Cómo se abordan en el Eurobarómetro los indicadores nacionales de ciencia, tecnología y sociedad (CTS)?

En todas las fases del estudio se tiene en cuenta el conocimiento existente. Es decir, se comparan los resultados de Europa con los de Estados Unidos, Japón, etc. Pero también se compara el resultado particular de un país con lo que se halla en los estudios más generales sobre ciencia y tecnología. El hecho de que muchos de estos instrumentos tengan una base similar nos ayuda mucho a la hora de interpretar resultados. Los estudios nacionales, sin duda, contribuyen a comprender el contexto.

¿Para cuando estiman hacer públicos los resultados del proyecto?

Durante 2008 y 2009 se han realizado entrevistas en profundidad en cada país. En concreto, se han entrevistado a representantes de sectores decisivos (científicos líderes en el área, representantes de agencias y fundaciones estatales, de empresas y de ONG, periodistas y expertos en bioética). Con las entrevistas hemos tenido una primera descripción de las situaciones nacionales. Además, se han extraído sugerencias para nuevas preguntas que serán incluidas en el próximo Eurobarómetro. Éste se realizará en 2010 y, si todo sale según lo previsto, se publicará a final de ese mismo año.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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