Según la Encuesta de Salud de España 2023, la percepción del estado de salud ha mejorado, ya que el 74 % de la población afirma gozar de buena salud. No obstante, se observa un empeoramiento en la salud mental, y destaca que casi el 60 % de los españoles sufre alguna enfermedad crónica, como hipertensión, dolor lumbar o colesterol alto. Además, un 55 % presenta sobrepeso.
El Ministerio de Sanidad y el Instituto Nacional de Estadística (INE) han publicado los resultados preliminares de Encuesta de Salud de España (ESdE) 2023, que recoge datos clave sobre el estado de salud, uso de servicios sanitarios y determinantes sociales de la salud de la población residente en todo el territorio nacional.
Desde que se inició la serie histórica de esta encuesta en España en 1987, la percepción sobre la salud ha experimentado una evolución positiva y sostenida. En ese año, el porcentaje de población que declaraba tener una salud buena o muy buena era del 65 %, mientras que en 2023 alcanzó el 74 %, a pesar del notable envejecimiento de la población.
Esta mejora se observa en todos los grupos de edad: por ejemplo, en las personas de 45 a 54 años, la percepción positiva ha pasado del 63 % en 1987 al 72 % en 2023; en el grupo de 65 a 74 años, del 40 % al 59 %; y en los mayores de 75 años, del 37 % al 40 %.
Esto evidencia que incluso entre los más mayores se han registrado avances. Los datos reflejan no solo un aumento en la esperanza de vida, sino también en los años vividos con buena percepción de salud, lo cual apunta a mejoras efectivas en calidad de vida, prevención y atención sanitaria en España durante las últimas décadas.
El 57,7% de la población de 15 y más años declaró padecer alguna enfermedad o problema de salud crónico. El porcentaje fue mayor en las mujeres (62,3%) que en los hombres (52,8%).
Los problemas o enfermedades crónicas más frecuentes en 2023 fueron la tensión alta (20,2%), el dolor de espalda crónico lumbar (19,8%) y el colesterol alto (18,3%).
En cuanto a la salud mental el 29,8 % de la población adulta presenta sintomatología depresiva, una cifra que es considerablemente mayor en mujeres (35,1%) que en hombres (24,4 %).
Las diferencias se acentúan con la edad y los indicadores muestran un deterioro del bienestar emocional respecto a ediciones anteriores: 20,4 % en 2014 al 24,4 % en 2019. Además, las mujeres presentan una mayor prevalencia de trastornos como depresión y ansiedad.
Por otro lado, el 41,6 % de las personas mayores de 65 años sufre limitaciones de movilidad, y un 16,8 % de la población de 55 años o más tiene dificultades para realizar actividades básicas de la vida diaria. Asimismo, en el grupo de mayores de 65 años, un 36,3 % declara tener problemas de audición, un 28,8 % deterioro cognitivo y un 23,2 % limitaciones visuales.
En relación al uso de servicios sanitarios, el 82,4 % de la población acudió al médico en el último año, un dato que se mantiene alto y constante. Además, el 23% acudió a urgencias, el 6,8 % fue hospitalizado y el 6,7 % recibió atención en hospital de día. Los mayores y personas con enfermedades crónicas son quienes más utilizan estos servicios.
Los hábitos de vida relacionados con la alimentación y la actividad física han mostrado cambios importantes en las últimas décadas. Los datos de la ESdE 2023 permiten observar mejoras en algunos indicadores clave, aunque persisten desigualdades que condicionan estos avances.
El consumo diario de fruta y verdura ha mostrado una evolución positiva desde los años 2000, especialmente en las mujeres. En 2001, solo el 50 % de los hombres y el 56 % de las mujeres comían fruta diariamente; en 2023, estas cifras se sitúan en el 63,9 % y 69,6 %, respectivamente, con un incremento sostenido a lo largo del tiempo.
El consumo diario de verdura también ha mejorado, de 27 % en hombres y 38,5 % en mujeres en 2001 a 52,3 % y 74,1 % en 2023. A pesar de este progreso, el acceso y la frecuencia siguen marcados por el nivel socioeconómico: los grupos más desfavorecidos consumen significativamente menos productos frescos que los de clases altas.
La prevalencia del sobrepeso y la obesidad en adultos ha aumentado desde 1987, aunque parece haber empezado a estabilizarse en los últimos años. En 1987, el 45,3 % de los hombres y el 33,5 % de las mujeres tenían sobrepeso u obesidad.
En 2023, estas cifras se sitúan en el 62,2 % para hombres y 48 % para mujeres. Aunque la tendencia general es de incremento, en la última década se observa una ligera desaceleración, especialmente en mujeres.
En la infancia, la situación ha evolucionado de forma similar: el sobrepeso y la obesidad infantil, que alcanzaron picos del 32 % en los años 2000, se sitúan ahora en torno al 28%, lo que indica cierta contención del problema, aunque persisten fuertes desigualdades sociales.
El sedentarismo en el tiempo libre ha experimentado una mejoría clara desde 2014. En ese año, el 46,6 % de las mujeres y el 35,9 % de los hombres declaraban no realizar ninguna actividad física en su tiempo libre. En 2023, esas cifras han descendido a 32,6 % en mujeres y 25,3 % en hombres, lo que sugiere un cambio positivo en la conciencia sobre la importancia del ejercicio.
El consumo diario de tabaco ha disminuido notablemente en las últimas tres décadas. En 1993, el 32,1 % de la población fumaba a diario; en 2023, esta cifra se reduce al 17 %. Esta mejora es especialmente destacable en hombres jóvenes: en el grupo de 15 a 24 años, la tasa de fumadores diarios ha pasado de más del 40 % en 1995 a menos del 14% en la actualidad.
El consumo de alcohol también muestra un decrecimiento general. En 2006, el 64,8 % de los hombres y el 46,4 % de las mujeres bebían de forma habitual (al menos una vez a la semana). En 2023, estas cifras han descendido al 52,4% y 40,8 % respectivamente. Y en relación con el consumo diario, este se ha reducido del 20% en hombres en 2011 a alrededor del 12 % en 2023. De hecho, en mujeres, ha bajado de forma más marcada aún, de cerca del 7 % a menos del 4 % actual.