Según los resultados de la tercera ronda de la Encuesta de Percepción Social de aspectos científicos de la covid-19, cuatro de cada cinco españoles se vacunarían —o ya lo han hecho— con alguna de las vacunas tan pronto como les fuese posible. El principal obstáculo para quienes desconfían de estos fármacos es la creencia de que no son seguros.
Aumenta y se consolida la aceptación de las vacunas contra el coronavirus entre la población española. Así lo manifiestan los resultados de la tercera ronda de la Encuesta de Percepción Social de aspectos científicos de la covid-19, elaborada por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT). Mientras que en julio de 2020 solamente un tercio de la población (32 %) se mostraba totalmente seguro de vacunarse tan pronto como las autoridades le ofreciesen el fármaco, y en enero el porcentaje subió hasta el 58 %, en mayo de 2021 cuatro de cada cinco (83 %) confiesan estar dispuestos —contando a los ya vacunados—.
“Hemos visto periodos en los que el rechazo a la vacunación ha sido muy elevado, pero el inicio de la vacunación ha ido dando más tranquilidad y confianza. Desde enero, la aceptación se ha incrementado progresivamente”, ha explicado durante la presentación de los resultados Josep Lobera, profesor de Sociología en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y director científico de la encuesta.
Junto al profesor, los resultados de la encuesta han sido comentados por Raquel Yotti, directora del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII) de Madrid y Pablo Simón, profesor de Ciencia Política de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M), en un debate moderado por Pampa García Molina, redactora jefa de la agencia SINC.
¿Por qué motivo no se la pondría? / Encuesta de Percepción Social de aspectos científicos de la covid-19 (3ª ronda)
Entre los factores asociados a la reticencia a la vacunación, destacan la creencia de que no son seguras, la percepción de que cuando la mayoría esté vacunada ya no será necesario vacunarse, los valores individualistas y la mentalidad conspirativa en torno al origen de la covid-19.
Parece paradójico que fluctuaciones tan grandes en la opinión pública frente a la vacunación sucedan en España, donde las actitudes hacia la ciencia y la tecnología son muy estables, como indican los resultados de 20 años de encuestas de percepción social de la ciencia. Lobera lo achaca al estado de ansiedad social ante una situación nueva, con actitudes no consolidadas hacia una vacuna que aún no existía; pero ha señalado que España ha recuperado rápidamente la confianza, lo cual no ha sucedido en todos los países. El sociólogo ha coincidido con Pablo Simón en que esto se explica por el buen sustrato de confianza hacia la ciencia y la sanidad pública en nuestro país.
Al preguntar sobre las medidas de prevención para evitar contagios, los resultados muestran un cierto relajamiento en su cumplimiento, particularmente en el mantenimiento de la distancia social. Solo un tercio de la población (32 %) asegura que ha evitado los contactos sociales en el último mes de manera estricta, veinte puntos menos que en enero.
Del mismo modo, solo la mitad de la población (49 %) asegura que ha evitado de manera estricta estar en espacios cerrados con personas no convivientes. Los principales factores detrás de este comportamiento son el incumplimiento de las medidas por parte de su entorno cercano, la desconfianza en las instituciones sanitarias, tener un bajo nivel de estudios y ser hombre. La mentalidad conspirativa se suma a esta lista.
Resultados descriptivos del cumplimiento de las normas anti-covid19. / Encuesta de Percepción Social de aspectos científicos de la covid-19 (3ª ronda)
“Hay un cierto relajamiento en el uso de las mascarillas y en el distanciamiento social. Lo que vemos es que el factor de lo que hace el entorno es clave. Somos seres sociales y nos adaptamos a nuestro contexto inmediato, a nuestros amigos y familiares”, considera Lobera.
En cuanto al efecto del nivel de estudios, que apunta a un posible efecto de condiciones de vida y trabajo en el mantenimiento de las normas de prevención, la directora del ISCIII, Raquel Yotti, considera que desde las instituciones se ha tenido en cuenta el aspecto socioeconómico a la hora de tomar decisiones, pero que todavía queda camino por recorrer.
A lo largo de la pandemia, se han profundizado desigualdades y brechas. Aún tenemos mucho camino por recorrer en cuanto a la incorporación del conocimiento y su traslado a medidas concretas
“A lo largo de la pandemia, el tomar conciencia de la importancia que tenían los factores sociales y económicos ha ido en aumento. Se han profundizado desigualdades y brechas. A pesar de que se han hecho intentos, aún tenemos mucho camino por recorrer en cuanto a la incorporación del conocimiento y su traslado a medidas concretas”, ha señalado Yotti.
Existen un porcentaje significativo de personas que confían en algún grado en teorías de la conspiración. Uno de cada cuatro españoles (25 %) cree firmemente que existen organizaciones secretas que influyen mucho en las decisiones políticas y solamente el 17% cree firmemente en lo contrario.
Sobre las mascarillas, casi un tercio de la población española (31 %) considera que las mascarillas son malas para su salud y solamente el 16 % cree firmemente que no lo son.
Tablas sobre conspiración. / Encuesta de Percepción Social de aspectos científicos de la covid-19 (3ª ronda)
El 58% de la población asegura que ha visto o escuchado mensajes, a través de uno o más medios, que animan a las personas a no vacunarse contra el coronavirus. La mayoría de estos mensajes llegaron a través de redes sociales, tal y como lo afirma el 34 %, seguido de la televisión (27 %).
“A medida que se fueron produciendo los confinamientos más severos, la gente miró rápidamente a los canales de comunicación convencionales. Curiosamente, este fenómeno es compatible con que se produjera el síndrome de la infodemia, ya que es muy complicado comunicar la incertidumbre”, ha explicado el profesor de Ciencias Políticas Pablo Simón.
Los principales factores asociados a tener creencias conspirativas acerca de la covid-19 son: una mentalidad conspirativa previa acerca de las vacunas, desconfianza en las instituciones políticas, evitar el uso de la mascarilla, experimentar dificultades sociales asociadas a las medidas de contención de la covid-19, ser mujer y tener bajo nivel educativo.
“El elemento en el cual la Administración Pública ha tenido más dificultades es a la hora de comunicar las medidas concretas que había que aplicar en cada momento. Muchas veces, se anunciaban medidas que eran percibidas como contradictorias. La ciudadanía no tenía muy claro qué tenía que hacer en cada momento y eso generó mucha incertidumbre”, ha añadido Simón.
Presentación de los resultados de la tercera Encuesta de Percepción Social de aspectos científicos de la covid-19. De izquierda a derecha, Josep Lobera, profesor de Sociología de la UAM y director científico de la Encuesta, Raquel Yotti, directora del ISCIII, Pampa García Molina, redactora jefa de la Agencia SINC y Pablo Simón, profesor de Ciencia Política de la UC3M.
En este sentido, los tres expertos han coincidido en que las ciencias sociales son indispensables para gestionar crisis con un marcado carácter social, como lo es esta pandemia. Yotti ha insistido en la necesidad de formar grupos mutidisciplinares donde estén incluidos los científicos sociales, mientras que Simón ha lamentado las resistencias a esta forma de trabajar.
Ahora, a los expertos en ciencias sociales les preocupa lo que viene a partir de este verano: recién estrenada la no obligatoriedad de llevar mascarillas en exteriores, y con unas tasas de vacunación muy positivas, ¿cómo evolucionará la percepción de la covid y las vacunas en los próximos meses? Lobera cree que podrán aumentar las reticencias debido a la sensación de complacencia, al percibir que lo más grave de la pandemia ha acabado. También puede generar inquietudes la posibilidad de que se prevea una tercera dosis para paliar el efecto de posibles variantes.
Finalmente, Lobera destaca que la percepción social de las vacunas y las medidas frente a la covid no son una foto fija, sino un ente dinámico, y volverán a cambiar en función de las circunstancias de la pandemia y de su gestión.
La encuesta se ha realizado vía telefónica a un total de 2.100 personas entre el 3 y el 21 de mayo de 2021. Para poder participar, los ciudadanos debían tener más de 18 años y llevar, como mínimo, cinco años residiendo en España. El estudio con los resultados de esta encuesta está disponible en la web de FECYT, en abierto.