La mayoría de las ranas croan de una forma característica para atraer la atención de posibles parejas. Pero algunas especies, sobre todo las que habitan cerca de corrientes de agua fuertes, donde el ruido puede ensombrecer esas canciones de amor cruciales, realizan además señales visuales como el aleteo de una extremidad o un movimiento de cabeza. Este baile se ha documentado por primera vez cerca de arroyos en las selvas tropicales de la India, Borneo, Brasil y, ahora, en Ecuador.
Las ranas de cristal son nativas de las selvas tropicales de Ecuador y Colombia. Son especiales porque se encuentran casi exclusivamente en rocas en el entorno de las cascadas, donde el agua corre y las superficies resbaladizas ofrecen cierta protección contra los depredadores. Su color verde grisáceo y piel semitransparente las hacen casi imposibles de detectar. Como resultado, se sabe poco sobre su comportamiento de apareamiento y reproducción.
La investigadora de la Universidad de California en EE UU, Rebecca Brunner, ha descubierto que la rana de cristal Sachatamia orejuela se puede añadir a la lista de especies que hacen uso de señales visuales en respuesta a entornos cargados de ruido. Es la primera vez que se observa a un miembro de la familia de las ranas de cristal (Centrolenidae) utilizando la comunicación visual de esta manera.
“Otras especies de ranas en todo el mundo utilizan señales visuales, además de llamadas agudas, para comunicarse en entornos realmente ruidosos”, señala Brunner. “Lo interesante es que estas especies no están estrechamente relacionadas entre sí, lo que significa que estos comportamientos probablemente evolucionaron de forma independiente en respuesta a entornos similares, un concepto llamado evolución convergente”, continúa.
Movimiento de patas y cabeza
Brunner, quien estudia la bioacústica en diferentes ambientes ecológicos, trabajaba en un arroyo de la selva ecuatoriana registrando la llamada de estos anfibios cuando observó por primera vez este comportamiento de señalización visual. Tan pronto como vio que la rana levantaba repetidamente sus patas delanteras y traseras, la investigadora trepó por una pared de roca resbaladiza y se balanceó sobre un pie para obtener grabar en vídeo el comportamiento.
Este es un descubrimiento realmente estimulante porque es un ejemplo perfecto de cómo el paisaje sonoro de un entorno puede influir en las especies que viven allí
“Después de meses de búsqueda encontré un macho haciendo una llamada. Antes de nuestra publicación, no había ningún registro oficial de la llamada de esta especie, e información básica como esa es realmente importante para su conservación”, explica Brunner. “Al ver estos gestos supe que estaba observando algo aún más especial”, añade.
Mientras filmaba, la rana continuó moviendo las manos, los pies y la cabeza. También observó otra rana de cristal macho a unos metros de distancia realizando los mismos movimientos.
“Este es un descubrimiento realmente estimulante porque es un ejemplo perfecto de cómo el paisaje sonoro de un entorno puede influir en las especies que viven allí. Descubrimos que Sachatamia orejuela tiene una llamada extremadamente aguda, que le ayuda a comunicarse por encima del tono del ruido de las cascadas. Y luego descubrir que también agita las manos y los pies para aumentar sus posibilidades de ser percibido, es un comportamiento que siempre me ha gustado leer en los libros de texto, por lo que es más que emocionante poder compartir otro asombroso ejemplo con el mundo”, concluye la experta.
Referencia:
Rebecca Brunner et al. “Nocturnal visual displays and call description of the cascade specialist glassfrog Sachatamia orejuela” Behaviour