Investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) ponen de manifiesto la existencia de una combinación de faunas hasta ahora desconocida en nuestro planeta, descrita en el yacimiento granadino de Fonelas P-1. Se trata de “Un mundo perdido” cifrado en 2 millones de años de antigüedad, que cuenta con algunos de los grandes mamíferos que coexistieron en estas cronologías, ni antes ni después, con la primera rama del linaje humano euroasiático.
La revista científica norteamericana de acceso abierto PLoS ONE publica hoy este trabajo desarrollado por investigadores del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) en el que también colaboran las Universidades de Granada, Alicante, Barcelona, Murcia y el Instituto Jaume Almera.
Este yacimiento paleontológico, situado en la Cuenca de Guadix (Granada), fue excavado por primera vez durante el verano del 2001 y, hasta la fecha, ha aportado más de 3000 fósiles pertenecientes a 24 especies que habitaron el sur de la península ibérica cuando los primeros Homo llegaron desde el continente africano para terminar poblando los ecosistemas europeos por primera vez; ha permitido describir 7 especies o subespecies nuevas para la ciencia, como el tejón Meles iberica, el chacal Canis accitanus o la primera cabra montés del planeta (Capra baetica), entre otras; realizar dos tesis doctorales y publicar una veintena artículos científicos y una monografía.
Hasta la fecha se consideraba que el sur de Europa fue colonizado en 3 grandes movimientos dispersivos que habrían tenido lugar desde Asia y África en torno a los 1,7 y 1,9 millones de años: El Wolf Dispersal Event y el Tasso Dispersal Event, de origen asiático y el Homo Dispersal Event de origen africano. Pero la configuración faunística de Fonelas P-1, cuenta con protagonistas de estos 3 eventos y pone en evidencia que, estos animales coexistieron en el extremo occidental de Europa mucho antes. Hace ya 2 millones de años.
Por lo que el equipo de Alfonso Arribas, investigador del IGME que lidera los trabajos de esta investigación, ha podido plantear un nuevo y único evento de dispersión geográfica al que han bautizado como 'The pre Olduvai (C2r.1r) dispersal event'.
"Además de los fósiles animales característicos de esta época y región y las nuevas especies endémicas de la Península Ibérica, se han encontrado vestigios fósiles de animales que se consideraban exclusivos del continente africano coexistiendo con especies de origen asiático" explica Arribas. "Por el momento no se han encontrado fósiles de primates en el yacimiento, son necesarias muchas más campañas de excavación y una ponderada investigación".
Y es que se trata de un yacimiento al aire libre, donde son frecuentes los fósiles de los animales cuyas poblaciones fueron abundantes en el pasado y muy poco frecuentes los restos fósiles de los animales cuyas poblaciones fueron muy reducidas, como es el caso de los primates. Y es que el registro fósil humano antiguo está restringido, de momento y por evidentes causas geológicas y paleobiológicas, al medio conservativo kásrtico: las cuevas. Aunque, en el caso de Fonelas P-1, sí es posible pensar que los humanos formaran parte de esa paleocomunidad, ya que coexistieron en otros pocos lugares del planeta con parte significativa de la asociación de fauna identificada en la Cuenca de Guadix.
Las investigaciones confirman que se produjo un gran evento dispersivo que implicó a faunas de dos continentes hace poco más de 2 millones de años. Además, se tiene constancia de la existencia de fósiles de homínidos de hace 1,8 millones de años en el Cáucaso (Dmanisi) y recientemente se han identificado industrias de hace 1,6 millones de años en Francia (Hérault).
Por ello "parece más que probable, que estos esquivos ancestros fueran también protagonistas de las dispersiones faunísticas que evidencia el pre-Olduvai Dispersal Event. En definitiva, este trabajo presenta un razonable marco faunístico y cronológico para justificar su presencia en Eurasia en tan antiguas edades", concluye Arribas.
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