Un grupo de paleontólogos ha recuperado y estudiado los restos fósiles de un hombre senil de más de medio millón de años que sufría cierto grado de minusvalía locomotriz. Este hallazgo, que engrosa la lista de tesoros científicos del yacimiento de Atapuerca (Burgos), podría ser un indicio del cuidado social en un pasado remoto a las personas mayores del grupo.
Un numeroso grupo de investigadores del Centro Mixto UCM-ISCIII de evolución y comportamiento humanos, de la Universidad Complutense de Madrid, la de Burgos, de Alcalá de Henares, el Institut de Paleocologia Humana i Evolució Social, el Centro Nacional de Investigación sobre Evolución Humana y la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha recuperado los restos de un individuo anciano de más de medio millón de años.
Los restos del individuo, que sufraía unaminusvalía locomotriz, fueron encontrados en cinco intensas campañas de excavación en la Sima de los Huesos, una pequeña cavidad situada a más de 30 metros de profundidad en la Sierra de Atapuerca (Burgos). Los restos de la pelvis fueron objeto de un estudio premio en 1999. Desde entonces, el trabajo en el laboratorio ha permitido reconstruir y asociar a esta pelvis, su columna lumbar.
La investigación, que hoy se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), ha revelado que este esqueleto parcial, "perteneciente a un varón de gran corpulencia física de una especie antepasada de los neardentales", padecía importantes enfermedades degenerativas desde mucho antes de morir, con más de 45 años de edad.
Según los investigadores, estas enfermedades tendrían manifestaciones posturales y dolorosas en las zonas lumbar y pélvica, que según los autores del estudio, obligarían al individuo a adoptar una posición encorvada y, quizás, a usar un báculo para mantenerse erguido.
Por ello, este individuo, probablemente estaría impedido para cazar, entre otras actividades. Su supervivencia, durante largo tiempo con estas discapacidades, hace suponer a los autores que el grupo social nómada del que formaba parte este individuo, tendría una atención “especial” con sus “mayores”.
Columna vertebral con menos curva y partos difíciles
El equipo ha encontrado también en la Sima de los Huesos los restos de otras personas que no tenían deformidades en la columna vertebral ni en la pelvis, y han descubierto que esta población, al igual que los neandertales, poseía una columna vertebral con curvaturas menos marcadas que las que recorren nuestras espaldas. Es más, la forma característica de sus vértebras y su pelvis muestra que sus cuerpos estaban diseñados, como los nuestros, para minimizar el gasto de energía necesario para mantenerse perfectamente erguidos.
En la especie humana, la pelvis presenta un diseño adaptado a una postura erguida y una locomoción bípeda. Esas adaptaciones “compiten” en las mujeres con la necesidad de dar a luz. Estas circunstancias, junto con el elevado tamaño encefálico de los recién nacidos, convierten el parto en un proceso complicado en nuestra especie. En consecuencia, la forma del conducto pélvico de las mujeres presenta modificaciones que habilitan el paso del feto a término en el momento del alumbramiento.
El equipo comparó también el conducto pélvico del anciano de la Sima de los Huesos, con el de otras pelvis humanas fósiles de sexo femenino encontradas en otros yacimientos del mundo. Los resultados señalan que las diferencias entre los sexos de los individuos fósiles se asemejan a aquellas encontradas entre los hombres y las mujeres actuales. Así que este hallazgo ha permitido a los investigadores de Atapuerca sostener la hipótesis de que las mujeres extintas sufrirían presiones obstétricas, es decir, alumbramientos difíciles.
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Referencia bibliográfica:
Bonmati A, Gómez-Olivencia A, Arsuaga JL, Carretero JM, Gracia A, Martinez I, Lorenzo C, Bérmúdez de Castro JM, y Carbonell E; "Middle Pleistocene lower back and pelvis from an aged human individual from the Sima de los Huesos site, Spain". Proceedings Natl Acad Sci, 11 de octubre de 2010.