Hoy comienza la Cumbre del Clima en Cancún (México) que durará hasta el próximo 10 de diciembre. Ante la pesadumbre y la desmotivación generadas en la Cumbre de Copenhague en diciembre de 2009, las organizaciones ecologistas se mantienen firmes y vuelven a pedir un acuerdo ambicioso, legal y jurídicamente vinculante para frenar, entre otras cosas, las emisiones de CO2.
Los retos de la Cumbre del Clima en Cancún recuerdan a los de Copenhague, ya que en Dinamarca no se alcanzó el nivel de ambición y las líneas directrices exigidas por los grupos ecologistas. Entre los retos destacan, según WWF, la creación de un paquete de compromisos vinculantes. La posición de países como Japón, EE UU, China o India hace además que “la situación progrese a un ritmo muy lento”, aseguran desde WWF.
“Hay una clara desconexión entre la meta de limitar el calentamiento global, y la escasez de compromisos internacionales en asuntos como la mitigación y la financiación. Estamos viendo avances sustanciales en varios países para actuar a escala nacional contra el cambio climático”, asegura Gordon Shepherd, líder de la Iniciativa Global sobre Clima de WWF.
Para la ONG Ecologistas en Acción, los países industrializados son los máximos responsables del cambio climático y los encargados de promover un acuerdo ambicioso, legalmente vinculante y justo entre 2012 y 2020 para evitar un vacío legal entre el primer periodo de cumplimiento del Protocolo de Kioto (2008-2012) y el nuevo acuerdo.
Según Greenpeace, en Cancún los gobiernos deben dar un paso más hacia un acuerdo internacional legalmente vinculante que salve el clima. Uno de los requisitos que piden las organizaciones es que los países emisores históricos reduzcan las emisiones de gases de efecto invernadero hasta el 40% sobre la situación de 1990.
Además, para las ONGs el límite de aumento de temperatura debería ser de 1,5ºC respecto a los niveles preindustriales para garantizar que el cambio climático no suponga una amenaza mayor.
¿Hacia un acuerdo serio?
“El acuerdo político alcanzado en la anterior Cumbre de Copenhague no ha resuelto el objetivo principal de establecer reducciones de emisiones ambiciosas y vinculantes; por lo que es necesario que durante la nueva cumbre en Cancún los diferentes gobiernos logren un acuerdo serio de limitación y reducción en las emisiones de CO2”, explica Xavier Pastor, director Ejecutivo de Oceana Europa.
Según Oceana, la Unión Europea debería fortalecer sus objetivos de reducciones alcanzando al menos un 30% para 2020 en comparación con los niveles de 1990. Según la organización, desde los comienzos de la época industrial los océanos han absorbido el 30% de las emisiones de CO2 y el 80% del calor generado por los gases efecto invernadero, lo que se ha traducido en un descenso importante del pH marino. En este contexto, las aguas se vuelven cada vez más ácidas.
“Los océanos actúan como importantes sumideros CO2, reduciendo su concentración en la atmósfera, pero este efecto amortiguador amenaza seriamente con alterar la química oceánica, lo que tiene graves consecuencias para los ecosistemas y la biodiversidad de los océanos”, asegura Pastor. En general las ONG reclaman un cambio en los modelos energéticos globales, basados en energías contaminantes y no renovables, hacia energías limpias y renovables.