Un trabajo conjunto entre investigadores y gestores destaca la necesidad de conseguir integrar el conocimiento científico en la toma de decisiones. Para el éxito de la conservación es esencial comenzar el diálogo desde las primeras etapas de un proyecto y que la información fluya entre los técnicos y los investigadores, según este estudio publicado en la revista Biodiversity and Conservation.
Un estudio firmado por investigadores del Centro de Tecnología Forestal de Cataluña, del Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales y de la Generalitat de Cataluña analiza proyectos de conservación exitosos donde el trabajo de los gestores ha tenido el apoyo de los investigadores. Con el objetivo de mejorar la comunicación entre ciencia y gestión, el estudio destaca la importancia de tener en cuenta el contexto y los requerimientos específicos de cada problema de conservación.
El artículo, publicado en la revista Biodiversity and Conservation, recoge tres cuestiones a tener en cuenta para favorecer esta fluidez. Por un lado, no obviar la situación del gestor en ese momento, considerando aspectos como la urgencia de la actuación, la falta de recursos financieros o posibles restricciones burocráticas. Por otra parte, también se remarca que la cuestión a resolver se formule encajando todas las premisas: objetivos, limitaciones, resultados esperados, etc. Por último, se destaca el papel clave de los modelos de distribución de especies.
Estos modelos ayudan a conocer con mayor precisión la distribución geográfica de la especie objeto de las medidas de conservación, y se recomienda que se documenten de manera clara y breve, acompañados de un mapa ajustado a los requerimientos de información.
"Los modelos son una buena herramienta para los gestores a la hora de tomar decisiones sobre políticas y prácticas de conservación. Permiten explorar con precisión las hipótesis y tienen el potencial de evaluar soluciones en sistemas complejos" explica Dani Villero, autor principal del artículo. Sin embargo, añade que "a menudo esta información no acaba de llegar a los gestores, ya sea por falta de diálogo, ya sea por estar alejada del contexto de los problemas particulares que han de resolver los gestores y técnicos de conservación".
Los casos de estudio se enmarcan dentro de un proyecto de conservación regional llevado a cabo de manera conjunta entre científicos catalanes y el Departamento de Territorio y Sostenibilidad de la Generalidad.
Identifican zonas donde el oso pardo podría atacar el ganado
Los modelos de distribución han permitido identificar zonas donde el oso pardo podría atacar al ganado / Dani Villero
Uno de los casos que ilustra el artículo es la elaboración de cartografía para analizar el riesgo de ataques a rebaños domésticos por parte del oso pardo. En este caso se pidió una evaluación del riesgo basada en información espacial precisa (modelos), que culminó con un mapa que permitía a los gestores identificar qué áreas serían más fácilmente ocupadas por el oso en diferentes épocas del año y, por tanto, con un riesgo potencial asociado a la ganadería.
Este trabajo conjunto entre investigadores y gestores estaba orientado a promover la reintroducción del oso pardo sin que entrara en conflicto con la ganadería. Se sitúa dentro de un programa promovido por el Gobierno de Cataluña junto con otras administraciones para evitar la extinción de este animal.
Aparte, el artículo recoge otros ejemplos, como la identificación de áreas de conectividad entre las poblaciones de la tortuga mediterránea en el Parque Natural de la Albera, o la compensación a los apicultores en caso de daños ocasionados por el abejaruco, de modo que se pueda seguir promoviendo actividades para la conservación de esta ave.
Referencia bibliográfica:
Villero, D., Pla, M., Camps, D., Ruiz-Olmo J., Brotons L. 2017. "Integrating species distribution modelling into decision-making to inform conservation actions". Biodiversity and Conservation, 26: 251. doi:10.1007/s10531-016-1243-2