Barómetro social de España 2009

La crisis afecta más a la clase asalariada

A partir del último Barómetro social de España, el equipo de investigación social IOE ha realizado el informe Efectos sociales de la crisis, según el cuál el sector social más afectado en España por la crisis financiera que comenzó en 2007 son los ocho millones de trabajadores intermitentes que alternan períodos de paro y empleo temporal.

La crisis afecta más a la clase asalariada
La crisis ha afectado con especial crudeza a los segmentos más frágiles de la clase trabajadora. Foto: Ludovic Bertron.

“La crisis ha reducido el tiempo de trabajo y los ingresos de los trabajadores intermitentes (con contratos temporales), dando lugar a graves problemas de endeudamiento y de mantenimiento del nivel de vida en los segmentos más afectados”, explica a SINC Carlos Pereda, coautor del estudio y sociólogo del colectivo IOE.

El nuevo estudio se ha realizado a partir del Barómetro social de España 2009, que recoge datos de más de 50 fuentes institucionales de información para elaborar 180 indicadores. Los investigadores han utilizado documentación de las medidas adoptadas para hacer frente a la crisis, estadísticas macroeconómicas (de la Contabilidad Nacional y del Banco de España), encuestas de opinión del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), e informes de la Oficina Europea de Estadística (Eurostat) y del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Entre marzo de 2008 y marzo de 2009, España absorbió el 68% del empleo destruido en la zona euro, según Eurostat. “En 2008 el desempleo de larga duración (más de dos años sin trabajo) se reduce, lo que permite extraer la conclusión de que el modelo laboral que sale reforzado a raíz de la crisis es el del trabajador intermitente (con contratos temporales), asegura el informe.

El conjunto de personas en esta situación -paradas y eventuales- ha pasado en los últimos dos años de 7,1 a 8,2 millones, es decir, afecta al 41% de la población activa asalariada. Y entre las mujeres, al 43%, con el añadido de que las empleadas a tiempo parcial son casi cinco veces más que entre los hombres. En el caso de la mano de obra de nacionalidad extranjera los trabajadores “intermitentes” llegan al 73%.

Un segundo sector altamente afectado por la crisis es el de los trabajadores autónomos y pequeños empresarios: “Más de 400.000 empresas pequeñas y personas autónomas se han ido a la quiebra durante 2008 y 2009, lo que supone un incremento de la concentración a favor de las grandes empresas”, apunta el investigador.

Por otro lado, la Encuesta de Estructura Salarial del INE indica que la brecha salarial entre directivos y empleados ha aumentado un 45% entre 1995 y 2006. “En el primer semestre de 2008, en plena crisis, los altos directivos de los bancos españoles que cotizan en Bolsa incrementaron sus remuneraciones un 54% en relación al primer semestre de 2007, según datos de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV)”, destacan los expertos.

“En definitiva, la crisis ha afectado con especial crudeza a los segmentos más frágiles de la clase trabajadora y probablemente esta evolución tenga su reflejo en un incremento de la tasa de pobreza en 2008, dato que todavía no se ha publicado pero que se deja entrever en diversos informes que alertan sobre el grado de saturación alcanzado por los albergues, bancos de alimentos y otros servicios de emergencia”, señala Carlos Pereda.

El efecto de las medidas anticrisis

Según el nuevo informe, la mayoría de las medidas anticrisis, como la ampliación de los créditos ICO, el Plan E en ayuntamientos, el Plan Renove, o los privilegios fiscales que favorecen a las grandes fortunas, “se ha orientado a apoyar la actividad de las empresas privadas, aportando para ello dinero público y ventajas fiscales”, explican los científicos sociales.

Mención especial merece la ratificación por el Parlamento español, en octubre de 2008, de un fondo de 30.000 millones de euros, ampliables a 50.000, a cargo del Tesoro Público, como medida preventiva para evitar la quiebra de bancos y cajas de ahorros. “Los estímulos monetarios y fiscales también han sido útiles para el mantenimiento de bastantes empresas, aunque han sido poco eficaces para las más pequeñas. Las medidas han sido del todo insuficientes para resolver los graves problemas de los sectores más frágiles de la clase trabajadora”, afirma el investigador.

El malestar de la población española se manifiesta también en una mayor desconfianza hacia las instituciones públicas, y en especial hacia los partidos políticos: el 72% afirmaba en 2008 no confiar en ellos (máxima tasa de los últimos 15 años, después de la registrada en 2004, del 76%) y, según los barómetros mensuales del CIS, en 2009 los partidos ocupan la tercera posición como “principal problema del país”, después del paro y las dificultades económicas.

“El principal efecto de la crisis, desde el punto de vista social, es una cierta deslegitimación del actual modelo de producción y consumo. Sin embargo, este malestar no ha encontrado cauces efectivos que reivindiquen otro modelo de sociedad, con una economía no especulativa y socialmente más justa, menos destructora del medio ambiente y más solidaria en el plano internacional” concluye Pereda.

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Referencia bibliográfica:

Carlos Pereda, Miguel Ángel de Prada, Walter Actis; Efectos sociales de la crisis. Una valoración a partir del Barómetro social de España, Publicado online enero de 2010. www.barometrosocial.es

Colectivo IOE www.colectivoioe.org

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Fuente: SINC
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