A pesar de las lluvias de esta semana en toda la Península Ibérica y del consecuente rebosamiento de los embalses, el problema de la sequía en España sigue latente. Durante la Conferencia Internacional sobre Escasez de agua y Sequía inaugurada hoy en Madrid, la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) Elena Espinosa ha resaltado los esfuerzos institucionales para gestionar “este recurso finito”. En un acto paralelo, las organizaciones ecológicas y sociales manifiestan, botijo en mano, su desacuerdo con las políticas hidrológicas del gobierno.
La población española convive con dos extremos: la sequía y las inundaciones, ambos fenómenos dramatizados por los efectos del cambio climático. Ante la previsión del aumento en frecuencia y severidad de estos acontecimientos climatológicos, España necesita “rigor científico y responsabilidad política” con medidas a corto, medio y largo plazo para la adaptación a los efectos del cambio climático. Así lo ha dejado de claro hoy la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) Elena Espinosa en la inauguración de la Conferencia Internacional sobre Escasez de agua y Sequía: El camino hacia la adaptación al cambio climático.
Con la presidencia europea española, este encuentro adquiere tintes especiales. La Península Ibérica es ya una de las zonas mediterráneas con mayor riesgo de sequía, sobre todo en las cuencas hidrológicas del Segura, Júcar, sur del Guadalquivir y sur-este del Ebro. Por ello, Marta Moren, directora del Agua del MARM, ha despuntado la necesidad de adaptar las políticas de gestión del agua al cambio climático.
En cuanto a las gestiones políticas, Elena Espinosa apuesta por buscar el equilibrio entre la demanda de consumo y la oferta de disponibilidad de agua. “Tenemos que redefinir los modelos de producción, consumo y reutilización del agua”, señala la ministra.
Durante la conferencia, Espinosa ha destacado uno de los objetivos para la aprobación, en el seno de la Unión por el Mediterráneo, de la Estrategia para el Agua en el Mediterráneo en una reunión que se celebrará en Barcelona el próximo 13 de abril. “Esta estrategia está pensada para facilitar la transferencia de tecnología y conocimientos en la prevención y mitigación de las sequías entre los países del sur de la cuenca mediterránea”, ha asegurado hoy Espinosa en el acto de inauguración en el Palacio de Congresos de Madrid.
Según la ministra, en España ya se han dado pasos “significativos”: “Nos hallamos actualmente implementando la Directiva Marco del Agua, la definición de los planes de cuenca y el programa de medidas”. Espinosa ha resaltado también el desarrollo de un proceso para “combinar, coordinar, y compatibilizar cada vez mejor las herramientas derivadas de los planes especiales de sequía que empezamos a gestionar en 2001 y que aprobamos en 2007”.
El cambio en la pauta del agua, la disminución de los caudales de los ríos, y los acontecimientos cada vez más extremos son también frecuentes en el resto de los países europeos como Hungría y Reino Unido. “Cuanto más avance el cambio climático, más severos serán los fenómenos e irreversibles, sobre todo por los efectos negativos en la agricultura y el abastecimiento de agua”, ha subrayado Janusz Zaleski, secretario de Estado del Ministerio de Medio Ambiente de Polonia.
Para el político polaco, las repercusiones pueden reducirse con “buena planificación y mitigación de las consecuencias”. Según Vittorio Prodi, eurodiputado del Partido Demócrata de Italia, que también ha participado en el acto, la monitorización de los efectos es “esencial” gracias a las nuevas tecnologías para controlar los impactos y evaluar in situ las situaciones.
El próximo mes de marzo, la Unión Europea adoptará los 170 planes de gestión nacionales que se aplicarán antes de 2012. Además, la Comisión Europea está preparando un libro azul que se presentará también en 2012 y que revisará la estrategia de escasez y sequía, según ha informado Gustaaf Borchardt, director del Agua de la Comisión Europea que ha añadido que “sin agua no hay vida, ni desarrollo económico, ni salud”.
El botijo como señal de protesta
De forma paralela a la celebración de esta conferencia internacional, varias ONG ambientales y sociales han pedido ante el Palacio de Congresos de Madrid “agua para los ríos” y han señalado que “la sequía no es climática, es política”. Los ecologistas han utilizado el botijo como herramienta de gestión y demanda de agua tradicional de los españoles y modelo del buen uso del agua, como señal de protesta. “Criticamos la falta de política del MARM para solucionar los problemas de sequía y de escasez en el Estado español”, ha declarado Erika González, de Ecologistas en Acción.
“España está transponiendo la legislación sobre el agua de manera equivocada y no adecuada a los parámetros de referencia de la Directiva que pide llegar al buen estado ecológico de los ríos y a la cantidad de los acuíferos y humedales”, ha explicado Annelies Broekman, de la Red para una Nueva Cultura del Agua de Cataluña. “Estamos viendo que en la planificación hidrológica se están otorgando más concesiones y aumentando las demandas de agua frente al agua real disponible”, ha añadido Broekman.
Alberto Fernández, WWF España, ha destacado las alternativas que proponen las ONG: “Es importante implementar regímenes de caudales ecológicos con criterios científicos rigurosos y que tengan en cuenta las sequías, revisar los derechos de agua adaptándolos a las disponibilidades de recursos de cada una de las cuencas, mejorar el control y erradicar los pozos y extracciones ilegales”.
Según los ecologistas, la gestión de demanda de agua debe primar sobre los incrementos de la oferta. “Se necesitan tarifas que recuperen los costes reales del uso del agua y una mayor transparencia respecto a quien paga los servicios del agua”, ha recalcado Fernández que propone también recuperar los costes ambientales para desentivar el uso y el despilfarro.