Desde hace años la literatura científica se cuestiona si la mortalidad depende de diferencias socioeconómicas entre la población. Ahora, un nuevo trabajo realizado en 15 ciudades europeas –entre ellas Barcelona y Madrid– detecta desigualdades para la mayoría de las causas y concluye que a mayor pobreza, más mortalidad, con grandes variaciones entre los territorios.
Las desigualdades socioeconómicas están consideradas cada vez más como un problema de salud pública. Sin embargo, la asociación de estas diferencias con las principales causas de mortalidad en zonas urbanas de Europa ha sido poco explorada.
Ahora, un nuevo estudio analiza dichas desigualdades en las muertes según las principales enfermedades en áreas de 15 ciudades europeas (Ámsterdam, Barcelona, Bratislava, Bruselas, Budapest, Helsinki, Kosice, Lisboa, Londres, Madrid, Praga, Rotterdam, Estocolmo, Turín y Zúrich) entre 2000 y 2008.
Los autores, un grupo internacional de investigadores de los 12 países participantes, examinaron nueve causas específicas de mortalidad en relación al número de defunciones y a un índice de privación socioeconómica.
Así, las enfermedades del sistema circulatorio fueron representadas por las enfermedades isquémicas del corazón y las enfermedades cerebrovasculares; y las neoplasias por el cáncer de pulmón, de próstata (en los hombres) y de mama (en mujeres).
Por otro lado, las enfermedades del sistema respiratorio fueron representadas por las enfermedades respiratorias y la gripe y neumonía; las enfermedades del aparato digestivo por la enfermedad hepática crónica y, finalmente, las enfermedades endocrinas, nutricionales y metabólicas por la diabetes.
“Se detectaron desigualdades socioeconómicas en la mortalidad para la mayoría de causas específicas estudiadas”, explica a Sinc Marc Marí-Dell'Olmo, científico de la Agencia de Salud Pública de Barcelona, institución que lidera el proyecto INEQ-CITIES. “Sin embargo, estas desigualdades fueron marcadamente distintas entre las ciudades analizadas”.
Mientras que en los hombres se observó una asociación positiva entre la privación y la mortalidad –a mayor privación, mayor mortalidad– en la mayoría de ciudades y causas analizadas; en las mujeres la diabetes, la cardiopatía isquémica, las enfermedades crónicas del hígado y las enfermedades respiratorias también se asociaron positivamente con la privación en la mayoría de las ciudades.
“En algunos casos se percibe un patrón espacial de las desigualdades en Europa”, añade Marí-Dell'Olmo. “Estos resultados destacan la necesidad de implementar políticas efectivas para reducirlas, y la importancia de que dichas políticas se adapten a los contextos específicos de las ciudades”.
Por ejemplo, la mortalidad por cáncer de pulmón se asoció positivamente con la privación en las ciudades del norte de Europa y en Kosice (Eslovaquia), pero esta relación fue inexistente e incluso negativa en las ciudades del sur de Europa. “Este patrón probablemente es debido al retraso en la epidemia del tabaco en los países del sur”, sostiene el experto.
Y en el caso del cáncer de mama, el riesgo se asoció inversamente con la privación (es decir, a mayor privación menor mortalidad) en tres ciudades del sur de Europa, como Lisboa, Barcelona y Madrid.
Las muertes en las ciudades españolas
A partir del proyecto se realizó un atlas online de mortalidad que incluye las ciudades españolas de Madrid y Barcelona. La capital es la segunda ciudad estudiada más grande por detrás de Londres, con 3.155.359 habitantes (1.483.175 hombres y 1.672.184 mujeres) que viven en una superficie de 605,8 kilómetros cuadrados.
En Madrid hubo 213.240 muertes durante el período de estudio (2000-2007): 107.236 hombres y 106.004 mujeres. Para todas las causas, la mortalidad es considerablemente mayor en el centro de la ciudad de Madrid (distrito centro).
Entre los hombres, el riesgo de una alta mortalidad también se encuentra en el sureste, sobre todo en Puente de Vallecas y San Blas. En las afueras de Madrid, hay un considerablemente alto riesgo de mortalidad para las mujeres.
En 2005 en Barcelona vivían 1.599.966 personas (757.978 hombres y 841.988 mujeres). Sin embargo, solo se extiende por una superficie de 98,2 kilómetros cuadrados, por lo que es la ciudad más densamente poblada de las analizadas.
En la ciudad condal hubo 143.952 muertes durante el período de estudio (2000-2008): 70.263 hombres y 73.689 mujeres. El exceso de mortalidad por cualquier causa de los hombres es mayor en las zonas interiores de la ciudad, y a lo largo de la costa este y norte de la ciudad.
Las áreas con menor mortalidad se encuentran principalmente en las zonas occidentales, como los distritos de Les Corts de Sarrià o Sant Gervasi. En las mujeres, existe una gran variabilidad en la distribución de todas las causas de mortalidad de las mujeres, con una alta concentración en el distrito costero del interior de la ciudad.
Estos patrones geográficos de mortalidad son similares a los de distintos indicadores socioeconómicos que también se presentan en el atlas.
Referencia bibliográfica:
Marc Marí-Dell’Olmo, Mercè Gotsens, Laia Palència, et al. J Epidemiol Community Health 2015;69:432–441.
Carme Borrell, Marc Marí-Dell'Olmo, Laia Palència, el al. Socioeconomic inequalities in mortality in 16 European cities. Scandinavian Journal of Public Health, 2014; 42: 245–254
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