Inundaciones devastadoras en Europa y China, olas de calor históricas en Canadá y grandes incendios forestales son algunos de los fenómenos extremos que se han producido estas últimas semanas. Pero estos eventos se han intensificado desde los últimos años. Un nuevo estudio recoge datos preocupantes del estado ambiental del planeta y concluye que no se han tomado medidas efectivas para paliar el cambio climático.
En las últimas semanas, hemos sido testigos de inundaciones y tormentas devastadoras, tanto en Europa como en el continente asiático; olas de calor históricas, como las que han sufrido en Estados Unidos y Canadá; y grandes incendios forestales, cada vez más frecuentes en todo el mundo. Pero se vienen produciendo con mayor intensidad desde los últimos años.
Por eso, una coalición de más de 11.000 científicos de todo el mundo declaró en 2019 la emergencia climática y estableció un conjunto de indicadores de la Tierra con el fin de medir la acción climática efectiva.
Veinte meses después, una nueva investigación, liderada por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón (OSU), aporta nuevos datos sobre la salud del planeta. El estudio, publicado en la revista BioScience, concluye que no se han tomado medidas eficaces frente a la crisis climática.
Los autores observaron un aumento sin precedentes de las catástrofes climáticas desde 2019. “Los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático”, indica a SINC William Ripple, investigador de la OSU y coautor del trabajo.
“Los eventos climáticos extremos que hemos presenciado durante los últimos años ponen de manifiesto la urgencia con la que debemos abordar la crisis climática”, destaca Philip Duffy, coautor del estudio y director ejecutivo del Centro de Investigación Climática Woodwell.
Según datos de la investigación, los gases de efecto invernadero más perjudiciales para el planeta (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) establecieron récords de concentración atmosférica en 2020, y de nuevo en 2021, a pesar de que el uso de combustibles fósiles disminuyó como consecuencia de la pandemia. En abril de 2021, la concentración de dióxido de carbono alcanzó las 416 partes por millón, la mayor concentración media mensual mundial jamás registrada.
“Los gases de efecto invernadero que hay en la actualidad en nuestra atmósfera son el resultado de las emisiones históricas. Por tanto, habrá un desfase entre el momento en que reduzcamos las emisiones y el momento en que veamos disminuir las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero”, explica a SINC Ripple.
Además, muchos de los parámetros analizados, como el aumento del nivel del mar, el incremento de la temperatura en los océanos y el deshielo, también han establecido récords preocupantes, que ponen en jaque la salud del planeta. La degradación continua del planeta amenaza la economía y el bienestar de las personas que dependen de los ecosistemas.
“Cada vez hay más pruebas de que nos estamos acercando o ya hemos superado los puntos de inflexión de los ecosistemas más importantes, como los arrecifes de coral de aguas cálidas, la selva amazónica y las capas de hielo de la Antártida Occidental y Groenlandia”, lamenta el experto.
En respuesta a estos hallazgos sin precedentes y a la actual crisis climática, los investigadores recomiendan que se eliminen gradualmente los combustibles fósiles, así como que se creen reservas climáticas estratégicas para el almacenamiento de carbono y la protección de la biodiversidad. Además, los autores piden que se fije un precio global para el carbono lo suficientemente alto como para inducir la descarbonización en toda la industria.
“Sin un plan de descarbonización rápida y de inversiones a gran escala en soluciones climáticas naturales, estos indicadores del cambio climático seguirán empeorando, empujando nuestros ecosistemas esenciales más allá del punto de recuperación”, recalca Duffy.
Asimismo, los autores sugieren que el cambio climático se incluya dentro de los planes de estudio, con el fin de concienciar y empoderar a los estudiantes a tomar medidas frente a la crisis climática.
Por último, el estudio hace un llamamiento a la colaboración mundial para impulsar el cambio hacia una sociedad sostenible, que permita garantizar el bienestar de las generaciones futuras. “Las políticas para paliar la crisis climática no deben centrarse en el alivio de los síntomas, sino en abordar su causa fundamental: la sobreexplotación de la Tierra”, concluyen los expertos.
Referencia:
Ripple et al. "World Scientists’ Warning of a Climate Emergency 2021". BioScience, 2021.