Las biólogas Joanne Chory y Sandra Díaz, Premio Princesa de Asturias de Investigación

Dos expertas en crisis climáticas, la estadounidense Joanne Chory y la argentina Sandra Myrna Díaz, han sido las galardonadas con el Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2019. El jurado ha querido destacar sus contribuciones “pioneras al conocimiento de la biología de las plantas, trascendentales para la lucha contra el cambio climático”.

Las biólogas Joanne Chory y Sandra Díaz, Premio Princesa de Asturias de Investigación
Joanne Chory y Sandra Díaz / Fundación Princesa de Asturias

El jurado del Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2019 ha acordado este miércoles conceder este galardón a las científicas Joanne Chory y a Sandra Myrna Díaz.

“Me siento tremendamente honrada de haber sido elegida para este prestigioso Premio junto con la ecóloga Sandra Díaz. Con la inminente amenaza del cambio climático, la humanidad se encuentra en una encrucijada fundamental y la oportunidad para que la ciencia y la tecnología cambien la situación nunca ha sido mayor. Estoy profundamente agradecida de que mi formación como bióloga me permita contribuir a un futuro mejor para las generaciones venideras”, declaró Joanne Chory al conocer que había sido premiada.

Los trabajos de Chory sobre las respuestas moleculares y genéticas de las plantas a las variaciones ambientales, en particular luz y temperatura, ayudan a comprender y mejorar la adaptación de los sistemas naturales al calentamiento global. De forma complementaria e independiente, los trabajos de Sandra Myrna Díaz permiten cuantificar la importancia de la conservación de la biodiversidad funcional para garantizar los beneficios que los ecosistemas prestan a la Humanidad.

"Estoy profundamente agradecida de que mi formación como bióloga me permita contribuir a un futuro mejor para las generaciones venideras”, dijo Joanne Chory

Por su parte Díaz expuso: “Para mí fue una gratísima sorpresa y un profundo honor. Más allá de lo personal, considero muy importante que el premio de este año destaque el papel fundamental de la naturaleza, de la trama de la vida sobre la Tierra, que nos sostiene y nos atraviesa. Un futuro mejor y más justo para todos no es posible si no la tenemos en cuenta”.

Joanne Chory es licenciada en biología por el Oberlin College (EEUU) y doctora en microbiología en la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign. Su campo de investigación se ha centrado en el estudio de los mecanismos que regulan el funcionamiento de las plantas, desde el nivel molecular hasta el celular, así́ como las reacciones de estas a condiciones ambientales de estrés.

Son especialmente reconocidas sus aportaciones sobre el papel del fitocromo, una proteína vegetal sensible a la luz roja e infrarroja, y la corregulación de genes que participan en la fotosíntesis.

También estudia el desarrollo de plantas capaces de absorber hasta 20 veces más dióxido de carbono del aire que las normales liderando la Harnessing Plant Initiative del Instituto Salk. Se trata de un proyecto de investigación que lucha contra el calentamiento global y, por tanto, el cambio climático, a través de la optimización de la capacidad natural de las plantas para capturar y almacenar el dióxido de carbono y adaptarse a distintas condiciones climáticas, utilizando para ello las técnicas de edición genética más innovadoras, como la CRISPR.

Sandra Myrna Díaz es una referencia científica en el área de la ecología

Sandra Myrna Díaz es licenciada en biología por la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), donde se doctoró en 1989. Entre sus trabajos destacan el haber participado en actividades e informes del Panel Intergubernamental de Cambio Climático y de la Convención Internacional de Diversidad Biológica.

Asimismo, es una referencia científica en el área de la ecología. Su especialidad en botánica, hizo que participase en el desarrollo de una herramienta metodológica para cuantificar los efectos y beneficios de la biodiversidad de las plantas y la ecología vegetal de los ecosistemas. En sentido práctico, trajo implicaciones para su aprovechamiento humano en forma de combustible, materiales, medicinas, tintes, alimentación, protección hídrica y otras aportaciones, así como el papel de la biodiversidad para contrarrestar el cambio global.

Fuente: SINC
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