Investigadores del CENIEH forman parte del equipo liderado por la Universidad de Leiden que acaba de publicar un trabajo que adelanta su uso a la misma época en la que lo hacían los ancestros de los humanos modernos en África.
Los primeros neandertales utilizaban ocres rojos desde hace al menos 250.000 años, coincidiendo con la época en la que lo hacían los ancestros de los humanos modernos del Pleistoceno medio en el continente africano.
Esta fecha es muy anterior a la que hasta ahora se había documentado, según el estudio “Use of Red Ochre by Early Neandertals” que se acaba de publicar en la revista Proceedings of the National Academy of Sciencies (PNAS), liderado por Wil Roebroeks de la Universidad de Leiden (Países Bajos),. En él también han participado dos investigadores del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana (CENIEH): Mark J. Sier, del Programa de Geocronología, y Josep M. Parés, coordinador de dicho programa.
En los laboratorios de Paleomagnetismo, Arqueometría, Microscopía y Láminas Delgadas del CENIEH se han llevado a cabo los análisis de pequeñas cantidades de material rojo recuperado en las excavaciones del yacimiento arqueológico de Maastricht-Belvédère, al sur de los Países Bajos, que indican la presencia de hematita, un óxido de hierro componente principal del ocre rojo, cuya procedencia no se ha podido precisar con exactitud.
En este sentido Mark Sier explica que dicho material tenía que ser transportado hasta este yacimiento, posiblemente desde decenas de kilómetros de distancia, ya que como se desprende de los análisis efectuados en el CENIEH mediante diferentes métodos, incluidos difracción de rayos X, microscopía electrónica de barrido y espectroscopia de rayos X, la hematita no forma parte del entorno sedimentario circundante.
Uso desconocido
Los investigadores de este estudio no han especificado cuál es el destino que los neandertales daban a este mineral, y a este respecto Mark Sier aclara que si bien es verdad que existe una amplia gama de aplicaciones de óxidos de hierro por parte de los últimos cazadores-recolectores, desde su utilización como pigmentos hasta su uso medicinal, han preferido no especular sobre los usos específicos del ocre rojo en un pasado lejano de los que no se ha encontrado ninguna constancia.
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