Investigadores del Instituto Geográfico Nacional han aplicado una técnica para aumentar diez veces la precisión de la localización de los terremotos precursores de la erupción del Hierro en 2011. Esta mejora ha permitido observar detalles no vistos antes y que pueden ser de gran importancia en el entendimiento del proceso magmático que a día de hoy no ha finalizado.
La localización de terremotos a partir de los tiempos de llegada de las ondas sísmicas a las estaciones de registro nunca es exacta y tiene cierto margen de error, aunque es adecuada para el seguimiento de la actividad volcánica en tiempo real por su rapidez de cálculo.
Debido a las particularidades de la sismicidad pre eruptiva en El Hierro y a lo limitado de la geometría de la red sísmica (que debido a tener que instalarse en islas tiene limitaciones geográficas) el margen de error en la localización de los terremotos recogidos en el catálogo del Instituto Geográfico Nacional (IGN) rondaba los 4 km.
Un equipo del IGN ha reducido esta incertidumbre a menos de 400 metros en la mayoría de los casos gracias al uso técnicas de localización relativa y aprovechando la similitud y cantidad de terremotos localizados antes de la erupción. Este trabajo, que se ha publicado recientemente en la revista Bulletin of the Seismological Society of America, es el primero de una serie de artículos que tratarán de caracterizar la sismicidad antes, durante y después de la erupción de El Hierro de 2011.
La importancia de estos trabajos no sólo radica en el hecho de ser la primera erupción de Canarias con amplio seguimiento instrumental, sino en ser una de las pocas erupciones monogenéticas del mundo que ha sido instrumentada desde los primeros momentos.
Sismicidad compacta y presencia de un 'sill'
La nueva distribución muestra una sismicidad mucho más compacta, que se inicia en el centro de la isla para migrar rápidamente a la zona de El Golfo donde permanecería dos meses a una profundidad de entre 9 y 11 km. En esta zona se observa una alternancia de la sismicidad al Este y Oeste de El Golfo sugiriendo la presencia de un 'sill' (una delgada capa) de magma expandiéndose y rompiendo la corteza de forma alterna en dos zonas distintas, algo rara vez observado en la sismicidad asociada a otros volcanes.
"En septiembre se produjo una migración hacia el Sur y hacia mayores profundidades de entre 14 y 16 km, sin embargo el magma nunca desciende en profundidad de forma natural. Queda por tanto abierta la cuestión de esta evolución de la sismicidad en profundidad que debe tener otro origen distinto a la simple migración del magma", apuntan los científicos.
Finalmente días antes de la erupción los terremotos se acercan a la costa y ascienden varios km para acabar produciéndose los terremotos superficiales que ocurrieron 30 horas antes del inicio de la erupción el 10 de octubre de 2011.
Referencia bibliográfica:
Domínguez Cerdeña, I., del Fresno, C. and Gomis Moreno, A. (2014) “Seismicity patterns prior to the 2011 El Hierro Eruption”, Bull. Seism. Soc. Am. 104, Vol 1. doi: 10.1785/0120130200.