Nace por primera vez una cría de foca monje del Mediterráneo en una playa

Por primera vez desde el siglo XV se ha registrado el nacimiento de una cría de foca monje en una playa de la reserva marítimo-terrestre de la península de Cabo Blanco (Mauritania). El acontecimiento, que se produjo la semana pasada, es de gran importancia para la conservación de la especie de la que, hasta el momento, sólo se tenían registros de alumbramientos en cuevas de la costa.

Nace por primera vez una cría de foca monje del Mediterráneo en una playa
Cría recién nacida de foca monje en la reserva de Cabo Blanco en Nouadhibu (Mauritania). Foto: MARM.

Miembros de la patrulla foca monje de la Fundación CBD-Hábitat de la reserva mauritana localizó a la hembra subadulta, y a la cría, también hembra, al pié de un acantilado. Según los expertos, es la primera vez en toda su área de distribución mundial y desde el siglo XV que se registra el nacimiento de una foca monje (Monachus monachus) en una playa.

Hasta ahora, las focas monje alumbraban a sus crías en playas de islotes o en el continente al pie de acantilados para protegerse del hombre y de los predadores. Sin embargo, debido a la persecución, las focas fueron casi exterminadas en todo el mundo. Las que sobrevivieron, se resguardaron en el interior de profundas cuevas de la costa, algunas incluso con entrada submarina.

Los expertos explican que la mortalidad de las crías que nacen en las cuevas es alta debido a los golpes que sufren por el fuerte oleaje que se produce en el interior de las cuevas. Por ello, desde hace años proponen que se promuevan acciones para que las focas vuelvan a criar en playas para recuperar su hábitat perdido, y cambiar sus hábitos de cría.

Acciones para salvar a las focas monje

La foca monje del Mediterráneo es uno de los diez mamíferos más amenazados de extinción del mundo. Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) quedan menos de 500 ejemplares, refugiados en enclaves aislados del mar Mediterráneo y el Atlántico oriental. En España hasta mediados del siglo XX todavía se reproducía en las costas de Baleares, Levante y Canarias.

El Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino (MARM) ha propiciado este nacimiento gracias a las actuaciones de un Plan de Acción para la recuperación de esta especie, que dependiente del Convenio de Animales Migradores Amenazados (CMS).

En 2008, el MARM promovió la firma en Tenerife de un Memorando de Entendimiento para su ejecución entre los cuatro países de su área atlántica (España, Marruecos, Portugal y Mauritania). Según el ministerio, con el nacimiento de esta cría se cumple uno de los objetivos prioritarios, que incluye además una red de Zonas de Conservación para la especie.

Además del plan, la Fundación española CBD-Hábitat, y las autoridades marroquíes (INRH, E&F) y mauritanas (INRH, PNBA), varias ONGs locales y Tragsega está ejecutando en Mauritania un proyecto financiado por España, para la colonia de Cabo Blanco. Este proyecto cuenta también con el apoyo financiero del MARM, de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales, la Fundación Biodiversidad y la Secretaría General del Mar.

El proyecto comprende la vigilancia de la reserva donde se encuentran las cuevas de cría, el control y seguimiento de la colonia, así como las iniciativas de cooperación con Mauritania en educación medioambiental, formación en pesca sostenible y seguridad pesquera y en divulgación y participación de la flota pesquera española que opera en aquellas aguas.

En la actualidad, la especie está extinta de la Península Ibérica y sólo está presente en las Islas Chafarinas (Melilla) y en las islas Canarias, donde aparecen ejemplares ocasionalmente. En el Atlántico existen dos poblaciones, una en las islas Desertas (Madeira) y la otra en la península de Cabo Blanco. Esta última es la más importante y la única que forma una colonia en el mundo.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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