Solamente un 0,001 % de la población mundial vive en lugares con niveles de contaminación atmosférica diaria considerados aceptables por la Organización Mundial de la Salud. Lo constata el primer estudio a gran escala sobre partículas finas en suspensión en el mundo.
Apenas queda lugar en la Tierra en el que respirar aire limpio. Hoy, cerca del cien por ciento de la población mundial vive ya expuesta a la contaminación atmosférica. Por primera vez, un estudio científico ha medido las partículas finas en suspensión (PM 2,5) en todo el planeta y ha determinado que solo el 0,001 % de la población mundial vive en lugares con niveles de contaminación considerados seguros por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Solo queda un 0,18 % de la superficie terrestre donde la atmósfera no resulte dañina para la salud ambiental y la de quienes respiran, según este ambicioso trabajo que ha llevado adelante la Facultad de Salud Pública y Medicina Preventiva Universidad de Monash, en Australia, y que se publica esta semana en The Lancet Planetary Health.
Hasta ahora, la falta de estaciones de control de la contaminación atmosférica en todo el mundo se había traducido en una ausencia de datos sobre la exposición local, nacional, regional y mundial a las PM2,5, es decir, a las partículas en suspensión más pequeñas (menores de 2,5 µm - microgramos por metro cúbico), quizá las más peligrosas puesto que se depositan la parte más profunda del sistema respiratorio humano.
Utilizamos el aprendizaje automático para integrar información meteorológica y geológica múltiple para estimar las concentraciones diarias de PM2,5 en todo el mundo
Esta investigación, liderada por Yuming Guo, ofrece un mapa de la evolución de las PM2,5 durante las últimas décadas, en todo el planeta. Para elaborarlo, se emplearon observaciones tradicionales de control de la calidad del aire, detectores meteorológicos y de contaminación atmosférica por satélite, así como métodos estadísticos y de aprendizaje automático que permitieran evaluar con mayor precisión las concentraciones de estas micropartículas perniciosas en el aire.
Este mapeo expone que mientras los niveles diarios de concentración de PM2,5 se han reducido en Europa y América del Norte en las dos décadas transcurridas hasta 2019, los niveles de contaminación atmosférica han aumentado en el sur de Asia, Australia, Nueva Zelanda, América Latina y el Caribe.
A nivel mundial, el estudio señala que, pese a una ligera disminución de los días de alta exposición a las micropartículas nocivas, en 2019, más del 70 % de los días seguían teniendo concentraciones por encima de lo que es seguro para la salud ambiental (se registraron niveles superiores a 15 μg/m³).
La referencia es el límite directriz de la OMS, que se establece en una media anual de exposición de 5 μg/m³.
"En este estudio, utilizamos un enfoque innovador de aprendizaje automático para integrar información meteorológica y geológica múltiple con el fin de estimar las concentraciones diarias de PM2,5 a nivel de superficie en todo el mundo, con una alta resolución espacial de aproximadamente 10 km × 10 km para cuadrículas mundiales en 2000-2019, centrándonos en zonas por encima de 15 μg/m³, que la OMS considera el límite de seguridad (el umbral sigue siendo discutible)", explica Yuming Guo en la presentación del estudio.
A nivel global, la media anual de partículas finas de 2000 a 2019 fue de 32,8 µg/m3. Las mayores concentraciones de PM2,5 se distribuyeron en las regiones de Asia oriental (50,0 µg/m3) y Asia meridional (37,2 µg/m3), seguidas por la región norte de África (30,1 µg/m3).
En el sur y el este de Asia, por ejemplo, más del 90 % de los días tuvieron concentraciones diarias de PM2,5 superiores a 15 μg/m³.
Entre las regiones que tuvieron las concentraciones anuales más bajas de contaminación del aire por partículas finas, figuran Australia y Nueva Zelanda (8,5 μg/m³), algunas otras zonas de Oceanía (12,6 μg/m³) y América del Sur (15,6 μg/m³). Sin embargo, Australia y Nueva Zelanda registraron un marcado aumento en el número de días con altas concentraciones de PM2,5 en 2019.
Guo señala, asimismo, que las concentraciones inseguras de PM2,5 muestran diferentes patrones estacionales: por ejemplo, en los casos del noreste de China y el norte de la India durante sus meses de invierno (diciembre, enero y febrero) o las zonas orientales del norte del continente americano, que tuvieron altas concentraciones de partículas finas en sus meses de verano (junio, julio y agosto). “También registramos una contaminación atmosférica por PM2,5 relativamente alta en agosto y septiembre en Sudamérica y de junio a septiembre en África subsahariana”, indica.
El científico sostiene que el estudio es importante porque “proporciona un conocimiento profundo del estado actual de la contaminación del aire y sus repercusiones en la salud humana”. Al mismo tiempo, agrega, esta información permite a los responsables políticos, los funcionarios de salud pública y los investigadores la evaluación de “los efectos a corto y largo plazo de la contaminación atmosférica sobre la salud” y les ayuda a “elaborar estrategias para mitigarla”.
Yuming Guo et al. "Global estimates of daily ambient fine particulate matter concentrations and unequal spatiotemporal distribution of population exposure: a machine learning modelling study". The Lancet Planetary Health (2023)