Al analizar la relación entre el ciclo menstrual y la vacunación contra la covid-19, varios estudios concluyen que los cambios en la menstruación son temporales y de poco impacto, comparándolos con las variaciones naturales en el ciclo. Aunque los resultados son tranquilizadores, los expertos advierten que aún es necesaria más evidencia.
Muchas mujeres han informado de cambios en su ciclo menstrual tras la vacunación contra la covid-19. Para investigar una posible relación entre ambas, los Institutos Nacionales de Salud de EE UU (NIH) han realizado estudios observacionales, cuyos resultados sugieren que cualquier cambio es pequeño y de corta duración, en comparación con la variación natural de los ciclos.
El primer trabajo se basó en los datos de 3.959 mujeres estadounidenses, que registraron al menos seis ciclos consecutivos en una aplicación de seguimiento del ciclo menstrual. De ellas, 2.403 fueron vacunadas y el resto actuó como grupo de control.
Tras tener en cuenta otros factores, la primera dosis de la vacuna no tuvo ningún efecto en el momento de la siguiente menstruación, mientras que la segunda dosis se asoció a un retraso de 0,45 días.
Las más afectadas fueron 358 mujeres que recibieron las dos dosis de la vacuna en el mismo ciclo, experimentando un retraso de 2,32 días hasta su siguiente periodo.
En este grupo, el 11 % experimentó un cambio en la duración del ciclo de más de ocho días, lo que se considera clínicamente significativo, en comparación con el 4 % del grupo no vacunado.
En todos los grupos, la duración del ciclo volvió a la normalidad dos ciclos después de la vacunación.
En un segundo estudio se preguntó a un grupo de 5.688 noruegas si habían experimentado cambios menstruales específicos, como una hemorragia intermitente inesperada o un dolor menstrual peor de lo normal, en los ciclos anteriores y posteriores a cada dosis de la vacuna.
En este trabajo, el 38 % de las participantes informó de al menos un cambio en su menstruación en los periodos anteriores a la vacunación, lo que denota la alta variabilidad que tienen los ciclos de forma natural.
Tras la inoculación de la primera dosis, el porcentaje aumentó al 39 % y al 41 % después de la segunda dosis. El cambio que se reportó más frecuentemente tras la vacunación fue que el periodo era más abundante de lo normal.
Los resultados de estos dos estudios son tranquilizadores: “Tras la vacunación se producen cambios en el ciclo menstrual, pero son pequeños en comparación con la variación natural y se invierten rápidamente”, afirma Victoria Male, especialista en reproducción del Imperial College de Londres, que ha analizado las conclusiones de los estudios en la revista BMJ.
Sin embargo, Male señala que, en función del calendario de vacunación de Reino Unido, es imposible recibir las dos dosis de la vacuna en el mismo ciclo, por lo que los cambios observados en EE UU y Noruega no se producen necesariamente en las mujeres británicas o de otros países.
Según indica la investigadora, se espera que un estudio con datos de las usuarias británicas que han usado esa misma aplicación de seguimiento del ciclo pueda aclarar este punto.
Mientras tanto, el organismo regulador de los medicamentos en el Reino Unido (MHRA, por sus siglas en inglés) afirma que la evidencia actual no apoya una relación entre los cambios en los periodos menstruales y la vacunación contra la covid-19 en este país, y sigue aconsejando que cualquier persona que note un cambio en sus periodos que persista durante varios ciclos, o que tenga un nuevo sangrado vaginal después de la menopausia, sea tratada de acuerdo con las vías clínicas habituales.
“Gran parte de la preocupación pública en torno a este tema surge de la información errónea de que las vacunas contra el covid-19 causan infertilidad femenina”, añade Male.
“Aunque ya tenemos pruebas de que esto no es así —y las pruebas también sugieren que la infección por covid-19 puede reducir el recuento y la calidad de los espermatozoides—, un conocimiento más profundo de los efectos sobre la fertilidad femenina que tienen tanto la infección como la vacunación, permitirá asesorar mejor a las pacientes a las que esto les preocupe especialmente”, subraya la experta.
Aunque estos estudios representan un paso en la dirección correcta, la científica apunta que “todavía hay mucho que aprender”. Por ejemplo, “entender cómo se producen los cambios menstruales tras la vacunación, determinar si algún grupo es especialmente vulnerable, para poder asesorarlo adecuadamente, y definir mejor el alcance y la persistencia de estos cambios”.
“El amplio interés público por este tema pone de manifiesto su importancia para la población. Es hora de que empecemos a escucharlos”, concluye Male.
Referencia:
V. Male "Menstruation and covid-19 vaccination", BMJ, 2022