La Red Aerobiológica de Cataluña muestra que las polinizaciones invernales han sido importantes a principios de 2022, lo que ha avanzado el período de riesgo de alergia. Sin embargo, las ocurridas en primavera empezarán de forma habitual y con fuerza, aunque podrían durar menos de lo normal.
Las polinizaciones de esta primavera serán importantes y aumentarán rápidamente después del esperado episodio de lluvias, pero se prevén dentro de la normalidad durante el verano.
Así lo indican las previsiones de los niveles de polen y esporas en la atmósfera para los próximos meses realizadas por la Red Aerobiológica de Cataluña (XAC), del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental de la Universidad Autónoma de Barcelona (ICTA-UAB) y del Departamento de Biología Animal, Biología Vegetal y Ecología de dicha universidad (BABVE).
Un noviembre con precipitaciones en buena parte del territorio −que recargaron los acuíferos y aportaron buen riego a las plantas− y un invierno más templado de lo habitual han permitido floraciones y polinizaciones importantes durante la estación, como la del ciprés, el avellano, el fresno y el aliso.
Esto hacía prever una primavera polínica avanzada en el tiempo, que ha sido frenada por la bajada de temperaturas en los últimos días. Las predicciones meteorológicas indican que la primavera será ligeramente más cálida y menos lluviosa de lo habitual.
La XAC muestra así que, a principios de 2022, las polinizaciones invernales han sido importantes −superando las concentraciones medias históricas registradas desde 1994 hasta la actualidad en varias ocasiones−, y avanzando el inicio del período de riesgo de alergia. Sin embargo, no se ha observado que se haya prolongado la polinización.
Además, prevén que durante este año las polinizaciones primaverales (chopo, plátano, pino, parietaria, sauce, arce, moreras, gramíneas y más adelante las de abedul, céñigo, llantén y olivo) empezarán como habitualmente y con fuerza, pero podrían tener una duración más corta de lo normal.
Además, estas predicciones podrían verse modificadas por varios motivos. Primero, si las temperaturas no son tan elevadas como se prevé, ya que se podría alargar la polinización de las plantas (sobre todo de las herbáceas).
En segundo lugar, si se dan episodios de lluvias fuertes, porque esta arrastrará el polen hacia el suelo. En cambio, si las lluvias son pausadas, aportarán agua a las plantas que deben florecer próximamente.
Esto podría incrementar las polinizaciones y alargar el período de presencia en el aire de la parietaria, gramíneas, céñigo, plantaje, olivo y artemisia principalmente.
Por último, si hay episodios de viento muy fuerte proveniente de direcciones sin o con poco polen (por ejemplo, de mar hacia tierra), lo que podría bajar las concentraciones y modificar la composición del espectro polínico.
En Cataluña, la XAC estudia desde 1983 la diversidad y los niveles de polen y esporas de hongos en el aire mediante los captadores ubicados en nueve localidades: Barcelona, Bellaterra, Gerona, Lérida, Manresa, Planes de Son, Roquetes-Tortosa, Tarragona y Vielha.
Ahora, un nuevo proyecto de la Agencia Estatal de Investigación (AtPollenFluo) y la colaboración de la XAC con las empresas Swisens y Qualitas4Health permitirá mostrar pronto medidas de la concentración de polen en el aire en tiempo real en el campus de la UAB (Bellaterra, Cerdanyola del Vallès) y por primera vez en Cataluña, España y el Mediterráneo.
Conseguir equipamientos permitirá en un futuro conocer en tiempo real el contenido en polen en el aire y contribuirá a mejorar la calidad de vida de las personas con alergia
“Es todo un reto, y todavía queda mucho trabajo por delante, pero esta primavera publicaremos las lecturas en tiempo real de los principales pólenes en el aire”, indica Jordina Belmonte, investigadora que lidera la XAC.
“Conseguir equipamientos contrastados y a un precio asequible permitirá en un futuro próximo conocer en tiempo real el contenido en polen en el aire y contribuirá a mejorar notablemente la calidad de vida de las personas con alergia, así como el diagnóstico, tratamiento y prevención de las alergias respiratorias”, subraya la experta.
Técnica del laboratorio muestra captador ubicado en el tejado del edificio de Ciencias, en el campus de la UAB. / UAB
La alergia respiratoria es producida principalmente por los ácaros del polvo, animales domésticos y pólenes. Los tipos de polen que más sensibilizaciones provocan son los de gramíneas, plátano de sombra, olivo, ciprés, parietaria y céñigo. Las esporas de hongo de alternaria también son fuente principal de síntomas alérgicos.
Según explica Lorena Soto, alergóloga del hospital de la Santa Creu i Sant Pau y coordinadora del Comité de Alergia Respiratoria de la SCAIC, la emisión de partículas contaminantes en la atmósfera altera la estructura del polen y hace que este genere proteínas de estrés como mecanismo de defensa, lo que aumenta su capacidad de inducir una respuesta alérgica en personas susceptibles.
Este efecto es más evidente en entornos con concentraciones elevadas de contaminación. “Durante el confinamiento y restricciones de movilidad de vehículos motorizados se produjo temporalmente un efecto beneficioso para las personas que padecen enfermedades respiratorias entre ellos los alérgicos”, señala la experta.
“Pero durante la eliminación progresiva de las restricciones de movilidades de vehículos, los niveles de contaminación ambiental volvieron a niveles de períodos previos, con el consecuente empeoramiento de la enfermedad alérgica respiratoria”, añade.
Actualmente no se ha demostrado que padecer una enfermedad alérgica respiratoria sea un factor de riesgo de sufrir complicaciones graves debido a la infección por covid-19, a pesar de que algunos síntomas sean similares. Por eso, los profesionales de la salud recuerdan la importancia de diferenciarlos y no confundirlos.
Los principales síntomas descritos en una infección por SARS-CoV-2 son la fiebre, tos seca, irritación o dolor de garganta (faringitis), dificultad para respirar, y cansancio, dificultad para la concentración o síntomas gastrointestinales, entre otros.
En cambio, la alergia respiratoria se caracteriza por predominio de la mucosidad, estornudos, congestión nasal, y el picor nasal, de ojos, garganta o en el interior del oído, tos seca, silbidos, y opresión del pecho con sensación de ahogo.
La alergia respiratoria por pólenes se intensifica cuando se está al aire libre y en determinadas épocas del año. De la misma forma, las personas alérgicas a ácaros y mascotas empeorarán en ambientes de interior.
En todos los casos, un diagnóstico precoz, la educación sanitaria, la inmunoterapia con alérgenos o vacunas mejoran la calidad de vida de los enfermos. Además, mantenerse informado sobre los niveles de polen existentes en el aire en cada momento también ayuda a los pacientes a gestionar mejor su patología.