Un grupo de expertos ha definido una vía clara para evaluar e implementar el fármaco ivermectina como herramienta complementaria de control del vector de la malaria. El fármaco tiene un mecanismo de acción diferente al de los insecticidas actualmente utilizados, y también tendría efecto sobre los mosquitos que pican en el exterior de las casas.
Un grupo de expertos liderado por Regina Rabinovich y Carlos Chaccour, del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), ha publicado una hoja de ruta para evaluar, y posteriormente implementar, la ivermectina como herramienta de control del vector de la malaria. La Ivermectin Roadmap, publicada en el American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, incluye un prólogo firmado por William C. Campbell, premio Nobel y codescubridor del fármaco.
Los mosquitos transmisores de la malaria se han vuelto cada vez más resistentes a los insecticidas usados para tratar las redes mosquiteras y fumigar el interior de las casas. Además, pueden picar en el exterior, donde las personas no están protegidas, o en el interior, cuando no están durmiendo bajo las mosquiteras, resultando en lo que se conoce como transmisión residual de la malaria.
Estos desafíos han inspirado la idea de utilizar la ivermectina, un fármaco normalmente usado para tratar lombrices parasitarias, pero también capaz de reducir la vida de mosquitos que se alimentan de personas o ganado tratado con el medicamento, como herramienta complementaria de control vectorial. La hipótesis es que, cuando administrada a nivel comunitario, la ivermectina puede reducir la transmisión de la malaria mediante su impacto sobre la población de mosquitos.
En efecto, “los resultados de varios estudios y ensayos recientes han posicionado a la ivermectina como un fármaco único en su clase para reforzar el control del vector de la malaria”, subraya Regina Rabinovich, directora de la Iniciativa de Eliminación de la Malaria en ISGlobal, centro impulsado por “la Caixa”, y profesora de la Harvard TH Chan School of Public Health.
La ventaja es que el fármaco tiene un mecanismo de acción diferente al de los insecticidas actualmente utilizados, y que también tendría efecto sobre los mosquitos que pican en el exterior de las casas. “Por lo tanto, la ivermectina puede sortear dos grandes retos en el control de la malaria (la resistencia a los insecticidas y la transmisión residual), ayudando así a acabar con esta enfermedad mortal”, añade Carlos Chaccour, investigador de ISGlobal y de la Universidad de Navarra.
Chaccour es además director científico del proyecto BOHEMIA, que evaluará, entre otras cosas, el impacto de la administración masiva de ivermectina a personas y ganado sobre la prevalencia de malaria en Tanzania y Mozambique.
El descubrimiento de las pinturas de Altamira sirvió de inspiración al proyecto BOHEMIA. / ISGlobal
La hoja de ruta de la ivermectina ofrece una visión integral de lo que se necesita para que esta pueda usarse como herramienta de control vectorial en 2024. Fue desarrollada por un grupo de expertos de diferentes disciplinas –desde la entomología médica y la modelización, hasta programas de enfermedades tropicales y medicina veterinaria– con la financiación de la Fundación Bill y Melinda Gates, y es el resultado de revisiones de literatura y discusiones con agencias regulatorias, organismos de financiación y de políticas, compañías farmacéuticas, y futuros socios implementadores.
Las diferentes acciones y pasos necesarios para esta estrategia de ‘One Health’, desde la prueba de concepto hasta su despliegue en el terreno, están cuidadosamente descritas en la hoja de ruta. Cubre aspectos que incluyen la definición de las dosis y regímenes óptimos para la administración masiva en personas y ganado, estrategias para manejar el riesgo de resistencia al fármaco, la relevancia del impacto ambiental, aspectos éticos, compromiso político y participación comunitaria, traslación de evidencia a políticas, y aspectos relacionados con la implementación a gran escala.
Un aspecto central será establecer la seguridad de dosis más elevadas o repetidas del fármaco. Para William C. Campbell, “la viabilidad no solo será una cuestión de eficacia farmacodinámica o eficiencia ejecutiva. La seguridad es crítica, y no solo la seguridad humana, sino también la seguridad ecológica.”
Otro aspecto fundamental será asegurar la aceptabilidad y adherencia por parte de las comunidades y explicar que, aunque la ivermectina tiene un beneficio personal y directo contra lombrices y ectoparásitos, su ventaja en términos de malaria será indirecto, mediante la reducción de la transmisión a nivel comunitario. “Tanto las comunidades como los responsables de políticas necesitan entender bien que se trata de un impacto comunitario”, concluye Chaccour.
Referencia bibliográfica:
A roadmap for the development of ivermectin as a complementary malaria vector control tool. American Journal of Tropical Medicine and Hygiene, Feb 2020.